Godzilla y King Kong en Gibraltar

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Detrás de la cámara repite el director del anterior episodio, Adam Windgard (Outcast), curtido en el cine de terror. Como ya ha señalado la mayoría de la crítica especializada, es de justicia anotarle un buen número de aciertos: para empezar, que ofrece lo que se le pide. Los aficionados al género fantástico -y en concreto al kaiju, el subgénero japonés sobre bestias gigantes- buscan entretenimiento sin complejos, mamporros por doquier, criaturas legendarias -como Mothra, el titán con forma de polilla-, nuevas armas, como el brazo mecánico de Kong… Por otro lado, se agradece que los personajes humanos ocupen poco metraje. Sus tramas están reducidas al mínimo para que no molesten y, por tanto, sigamos los pasos de los monstruos, que es de lo que se trata. Solo cobra cierta relevancia la científica interpretada por Rebecca Hall (actriz de Vicky Cristina Barcelona o The Prestige), así como su hija adoptiva, que tiene la capacidad de comunicarse con Kong. El guión lanza guiños a la literatura de Julio Verne, a clásicos del cine de los años 30 y a Jurassic Park. De todos modos, lo principal siguen siendo las escenas de acción, exageradas y mastodónticas, en las que Windgard se arriesga sin prejuicios. Como escenarios, lejos de los habituales del Monsterverso (Nueva York, la Isla Calavera, Tokio), aparecen ciudades como Roma, El Cairo, Sao Paulo y Cádiz, con mención especial al peñón de Gibraltar.