Godofredo García, Sayagués y Aviva recogen las Medallas de Oro

La entrega de las Medallas de Oro se convirtió este jueves en un premio al sacrificio, a la constancia y a la solidaridad de tres trayectorias ejemplares de éxito apoyadas en «valores robustos», tal y como describió el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo. Valores que materializan el empresario Godofredo García, el actor José Antonio Sayagués y la Fundación Aviva, por los que recibieron una de las distinciones más importantes que concede el Ayuntamiento de Salamanca. El Teatro Liceo estaba repleto de autoridades para respaldar a los galardonados que han consolidado su trayectoria «para dejar huella en nuestra ciudad» y lograr, al mismo tiempo, el respeto y el cariño de los salmantinos. 

Algo muy difícil de conseguir en una sociedad tan polarizada como la actual, «donde a veces se buscan los atajos y la fama efímera a toda costa», consideró Carbayo. La Medalla de Oro concedida a la Fundación Aviva la recogió su presidente, Miguel Ángel Benito. «Con este reconocimiento a Aviva la ciudad de Salamanca se convierte en más justa, con una sociedad más inclusiva, más solidaria y mejor», defendió el representante de la organización, que cada año hace más grande la labor de utilizar el deporte como herramienta de inclusión.

José Antonio Sayagués simboliza al salmantino de pro, «presumiendo de la tierra en la que nació y defendiéndola a capa y espada», como hizo durante la lectura del manifiesto de la Plaza Mayor en defensa de unas mejores infraestructuras ferroviarias. Ese carácter de persona que no se arruga le ha merecido el galardón que recibió como un homenaje a sus antepasados y a toda su dilatada trayectoria «enhechizadamente salmantina», en alusión a la conocida frase del «Licenciado Vidriera» sobre la capital del Tormes.

La Medalla de Oro para Godofredo García supuso el reconocimiento implícito al papel de los empresarios como sostén del Estado de Bienestar. Un salmantino que partió de Alaraz para iniciar una trayectoria de éxito, un auténtico «sueño americano» en el que pasó de contar con dos pequeños centros a tener más de 1.600 empleados y convertir al Grupo Limcasa en una de las empresas más relevantes de Castilla y León.

Al mismo tiempo, este «hombre bueno» fue y sigue siendo muy generoso con la sociedad. En 1998 abrió el Banco de Alimentos de Salamanca, para después crear el centro especial de empleo Integracyl y fundar la compañía de inserción laboral para personas y colectivos en riesgo de exclusión social Insertacyl. Un aplauso cerrado coronó a los premiados cuyas trayectorias no solo les han hecho más grandes a ellos, sino a toda la sociedad salmantina.

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