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Medio centenar de hipotecas a la semana. 199 en un mes. Es la cifra más alta de préstamos para la adquisición de vivienda anotada en Salamanca en los últimos once meses de los que hay datos y se registró el pasado febrero. El pasado año se detectó una caída del 20% en las operaciones hipotecarias de la provincia con respecto a 2022. Con 1.808 en todo 2023, fueron 476 menos que en el ejercicio anterior. Frente a ello, en febrero se firmaron un 2,6% más que en el mismo mes del año pasado, según los datos que publicó el miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este incremento concuerda con el aumento interanual del 8% en la compraventa de viviendas que se produjo ese mismo mes, después de que en los tres anteriores cayese el Euríbor. «El mercado seguimos viéndolo estable y parece que está creciendo», apunta Javier Tamames, presidente de la Agrupación Empresarial de la Construcción y sus Servicios Auxiliares de Salamanca (Aconsa). «Está creciendo el número de hipotecas, pero veníamos de dos meses de caída. Hay que esperar aún unos meses para comprobar cuál es la tendencia real», asegura prudente Manuel Prieto, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción (Aescon).
Hay demanda, pero no suficiente oferta de vivienda nueva. El pasado martes el Banco de España alertó de que en España hacen falta 600.000 viviendas nuevas para 2025, un déficit que ya está claro que no se va a poder cubrir dada la reducción de las promociones de nueva construcción. La entidad nacional no ofrece datos de cuántas viviendas nuevas se necesitarían en la provincia de Salamanca, pero el sector de la construcción tiene claro que las que se encuentran en ejecución son insuficientes. «Hace falta obra nueva. Hay un sector importante de la población que quiere estrenar su casa y no quiere segunda mano ni tener que rehabilitar, pero hay muy poca promoción de vivienda nueva», señala Tamames. «El mercado de vivienda nueva está muy parado en la provincia», insiste también Prieto. Hay proyectos en marcha en Doñinos, Santa Marta de Tormes e incluso en la propia capital, pero el volumen de inmuebles que se están ejecutando es mucho menor al que había hace años. De hecho, conforme a los datos del INE, en los dos primeros meses de este año las viviendas nuevas que se vendieron fueron casi todas de protección oficial. Las dos agrupaciones del sector de la construcción confirman, de hecho, que mayoritariamente es el Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo de Salamanca el principal promotor de obra nueva y que casi todos los bloques de pisos que está levantando están dirigidos al alquiler.
El repunte de vivienda nueva que comenzó tras los peores meses de la pandemia y que motivó la promoción de un mayor número de casas, especialmente unifamiliares, se ha diluido. Conforme a los datos de visados del Ministerio de Transportes, el pasado año la construcción de obra nueva en Salamanca cayó solo en 2023 más de un 18% respecto al anterior, un descenso que se sumaría al 4% que también disminuyó en 2022. Frente a los 566 nuevos inmuebles residenciales que se visaron en la provincia en 2021, el pasado ejercicio fueron 444, una cifra que nada tiene que ver con el millar de viviendas de nueva planta que cada año recibían el visto bueno antes de 2010.
«Actualmente no se mete cualquiera a ejecutar viviendas nuevas. El beneficio de las promotoras ha caído en picado. No se ha conseguido paliar el sobrecoste tan elevado de los materiales de construcción. Casi se ha duplicado», explica el máximo responsable de Aconsa incidiendo en que el efecto de la inflación ha supuesto un importante recorte al margen de beneficio que obtenían las promotoras y que lleva a muchas de ellas a no arriesgarse. «Demanda potencial en teoría hay, pero hay pocas promociones por el incremento de los costes de construcción. Suponen, al menos, un 35% más que antes, a lo que se añadiría el encarecimiento del suelo. El sector bancario está poniendo muchas pegas para financiar obra si no está previamente el 70% o el 80% de los inmuebles vendidos. Y si no apoyan las entidades financieras es totalmente imposible», añade Manuel Prieto. Las dos asociaciones del sector apuntan a que el elevado precio de los materiales y las dificultades para obtener la inversión necesaria son el principal freno a que se construyan nuevos inmuebles de carácter residencial, pese a que existe demanda real. Por ello, el presidente de Aconsa insiste en que, aunque haya aumentado el número de hipotecas, la mayoría de ellas son para la autopromoción de casas unifamiliares o para inmuebles de segunda mano. Y es que solo una de cada diez viviendas que se compran en Salamanca es de nueva construcción, un dato que contrasta con la estadística de hace 15 años, cuando casi la mitad de los compradores de la provincia estrenaban las viviendas que adquirían.
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