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Una pulsera de seguimiento en un tobillo. E.P.

El fiasco de las pulseras antimaltrato: en Salamanca nunca han funcionado bien

Es la provincia de España, a excepción de Ceuta y Melilla, con menos dispositivos de seguimiento en activo. La Guardia Civil alertó ya en 2023 a la Subdelegación de los constantes fallos y los jueces apenas confían en este sistema

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 07:15

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La experiencia de las pulseras antimaltrato en Salamanca es la historia de un fracaso, de un fiasco reiterado, que ha llevado a los órganos judiciales y a los Cuerpos de Seguridad del Estado que trabajan en la provincia a desconfiar de ellas y a que los jueces apuesten por ellas en casos extremos y contados. Conforme a los datos del Ministerio de Igualdad, en Salamanca actualmente solo hay tres de estos dispositivos operativos. No solo es la provincia con la cifra más baja de Castilla y León, sino la de toda España, tan solo por detrás de las ciudades de Ceuta y Melilla, en las que solo existe una.

De los 4.515 brazaletes de seguimiento de este tipo operativos en todo el país, en esta provincia solo se encuentran el 0,07 %. Su escaso uso no puede vincularse a un menor número de órdenes de protección de mujeres víctimas de violencia de género. De las más de 1.900 dictadas en los últimos catorce años en Salamanca, solo se ha optado por este sistema en 40 casos desde 2012. En otras provincias de población similar, como León, están operativas ochenta.

El menor uso radica en la poca confianza que hay en ellas por los múltiples fallos que vienen registrando desde hace más de siete años, no solo con el polémico contrato firmado por el Ministerio en noviembre de 2023, sino incluso desde mucho antes. Ya en 2018 LA GACETA publicó las tres absoluciones consecutivas que logró el peligroso y archiconocido delincuente Aníbal García Carro por los fallos en su pulsera antimaltrato. Los Juzgados de lo Penal coincidieron entonces en denunciar que el sistema GPS que se le impuso erró en múltiples ocasiones por causas ajenas al acusado.

Cinco años después de aquellas sentencias y tan solo seis meses antes de que se produjese la migración a los actuales dispositivos cuyos fallos han provocado la polémica nacional, en la Comisión Provincial de Coordinación contra la Violencia de Género de Salamanca celebrada el 15 de marzo de 2023, la representante del Colegio de Abogados alertó de que en Salamanca se estaban utilizando menos pulseras de las disponibles. Al instante el delegado de la Guardia Civil en esta comisión le explicó el motivo de que no se usasen más. «A veces el sistema Cometa [el que se ocupa del seguimiento de las pulseras antimaltrato en todo el territorio nacional] da problemas, unas veces por la falta de cobertura y otras por el mal uso de las pulseras», apuntó según recoge el acta. La Policía Local informó de que ellos ofrecían a las mujeres mediante «perros adiestrados en lugar de las pulseras». Y, en aquella reunión, a la que asistieron la subdelegada del Gobierno y representantes de las diferentes instituciones que luchan en la provincia contra la violencia de género, se acordó ofrecer a las demás Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la posibilidad de utilizar estos animales como medida de protección a las víctimas.

«En Salamanca apenas conceden las pulseras. Hay muy pocas», confirma la abogada de ADAVAS (Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia de Género), Manuela Torres. La letrada explica que en esta provincia se recurre a ellas en los casos más graves, principalmente cuando ha existido un intento de asesinato y el agresor sale de prisión. «Tan solo en los casos más extremos», asegura incidiendo en que ella las ha solicitado en varias ocasiones como medida de protección para algunas de sus representadas y en la mayoría de las ocasiones son denegadas.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León confirman que el Juzgado de Violencia de Género de la ciudad de Salamanca apenas recurre a este dispositivo. Explican que existen otros medios y mecanismos que pueden resultar efectivos para garantizar que se cumplen las ordenes de alejamiento que se imponen a los agresores. En Salamanca no se considera operativo, entre otros motivos, por el historial de fallos que acumulan en la provincia desde hace años. La escasa fiabilidad que ofrecen los brazaletes es el principal motivo que ha llevado a que desde 2018 en Salamanca apenas se recurra a ellos para ofrecer controlar que los agresores no se acercan a las víctimas.

El Ministerio de Igualdad resta importancia a los fallos de los dispositivos que se han denunciado desde Salamanca. «Las incidencias técnicas son puntuales y se han producido también en etapas anteriores. No existe el riesgo cero en violencia de género, pero el sistema ha demostrado que funciona. Ninguna mujer con dispositivo ha sido asesinada», aseguraron ayer a LA GACETA desde el departamento de Ana Redondo.

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