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«Para Transformadores Gedelsa este premio supone el reconocimiento a una trayectoria profesional larguísima. Es un honor poder dar a conocer un marca que se fabrica en Salamanca y que forma parte de la red eléctrica de varios países del mundo. Este premio no es solo mío, sino de todo un equipo orientado en la misma dirección», expresa a LA GACETA Mar Olmedo, ganadora del II Premio 'Empresario del Año de Salamanca' que concede la Confederación de Empresarios de Salamanca (CES) este 2025. Es CEO de Transformadores Gedelsa, situada en el Polígono Industrial El Montalvo I y su reconocimiento rinde homenaje a la gran carrera profesional de esta empresaria dentro del sector energético.
¿Transformadores Gedelsa es una empresa familiar?
—Sí, la empresa la fundó mi abuelo con unos pequeños talleres en el centro de Salamanca por el año 53, y posteriormente dio el salto a una planta de producción en el polígono en el año 73. La continuación fue natural a través de mis padres y de mis tíos y posteriormente fue mi padre el que se hizo cargo de la empresa. Actualmente estamos mi hermano, Eduardo Olmedo, y yo a cargo de la dirección, por lo que considero que este premio no es individual, sino que es para Transformadores Gedelsa en general y para todo el equipo.
¿A qué se dedica Transformadores Gedelsa? ¿Cuántos trabajadores posee?
—Nos dedicamos a la fabricación de transformadores eléctricos de distribución y de potencia. Los transformadores son los elementos que se utilizan en la red eléctrica que permiten realizar un cambio de tensión para que la energía eléctrica pueda ser utilizada. La electricidad parte de unos puntos, de unas plantas de generación, ya sea fotovoltaicas, eólicas, ciclos combinados, carbón, etc. Y para transportarse se hace en altas tensiones. Entonces, desde las zonas de producción, para pasar a las líneas de transporte, que en este caso serían las que gestionaría la red eléctrica española, hace falta un transformador. En definitiva, lo que nosotros fabricamos estaría en los puntos clave de la red eléctrica para permitir que el sistema eléctrico funcione de manera más eficiente y correcta. Ahora mismo somos unos 90 trabajadores.
¿Qué significa este premio para la empresa?
—Pues la verdad que para Transformadores Gedelsa este premio supone el reconocimiento a una trayectoria profesional larguísima. En 2023 el premio fue para Eustaquio Andrés—presidente y fundador de Grupo Andrés— un empresario de referencia en Salamanca, por lo que para nosotros es un orgullo, aún más si cabe, recoger el relevo de Eustaquio teniendo en cuenta las dimensiones de la multinacional que maneja comparado con nosotros, que efectivamente también somos una de las empresas más grandes de Salamanca, pero en otros niveles.
Durante estos años han fabricado más de 65.000 transformadores con materiales europeos… ¿En qué mercados está presente?
—La materia prima que utilizamos es toda europea. Tenemos unos estándares de calidad tanto de producto como de fabricación muy altos y las materias primas que utilizamos son exclusivamente europeas. Evidentemente, también por los estándares de calidad de este producto que está muy regulado. Estamos sometidas a una normativa muy estricta al estar colocados en los puntos claves de la red eléctrica, necesitamos garantizar que nuestro producto sea fiable al 100 %. Además del mercado nacional, trabajamos con compañías eléctricas en Reino Unido, Rumanía e Italia y hemos participado en proyectos puntuales en países como Marruecos, Francia, Portugal, Chile, Angola o Nigeria. Como curiosidad en ocasiones fabricamos transformadores más particulares, como por ejemplo uno para el yate más grande del mundo para que pudiera conectarse en cada uno de los puertos independientemente del país y de la tensión eléctrica. También hemos realizado un transformador que está colocado en la montaña rusa más grande de Portugal.
¿Los transformadores están sometidos a unos controles muy rigurosos? ¿Qué normativas tienen que cumplir?
—Los controles son muy rigurosos y muy estrictos. De hecho, para poder suministrar a las compañías eléctricas tienes que estar homologado específicamente por la compañía eléctrica y pasar unos ensayos de homologación para cada una de las compañías, ya no solamente de productos, sino también de procesos de fabricación. En todo momento tenemos que tener actualizados los sistemas de gestión de calidad: en las normas ISO, la de medio ambiente, la de prevención de riesgos laborales, ahora mismo todo el tema de la huella de carbono. Es decir, al estar dentro de un mercado regulado como es el mercado de la electricidad, nuestro producto, a su vez, no es que esté regulado, pero sí que está sometido a unos controles muy estrictos. Tenemos que cumplir tanto normas internacionales y europeas como la de ecodiseño, y a mayores otras más restrictivas que nos imponen las compañías eléctricas para poder integrar nuestro producto en sus redes. De hecho, necesitamos un laboratorio de pruebas eléctricas ya que todos nuestros productos deben pasar unos ensayos obligatorios antes de ser puestos en mercado.
¿A qué problemas se enfrenta como empresaria? ¿Y el sector energético?
—Como empresa tenemos el problema de encontrar talento y compromiso en el personal que nos gustaría incorporar. Actualmente el personal que incorporamos para nuestro tipo de producto requiere formaciones muy largas y muy específicas, ya que evidentemente tenemos que hacer una formación interna y particular. Es decir, no existe una carrera ni una formación que les enseñe a fabricar transformadores. Además nuestro proceso lleva una parte que todavía sigue siendo muy manual. Por mucho que tratemos de aumentar capacidad productiva, que sería por ejemplo uno de los retos a los que nos enfrentamos como empresa, automatizando productos o modernizando maquinaria, siempre tiene un componente humano fundamental. Y la verdad es que tenemos muchos problemas para encontrar este tipo de perfil en una ciudad como Salamanca. En el sector nos enfrentamos a la innovación, pues tenemos que diseñar nuevos productos que sean capaces de mantener la estabilidad de la red y al mismo tiempo siendo capaces de que nuestra producción pueda cubrir todas las expectativas de mercado que vayan a llegar en los próximos años, con el fin de cumplir con los objetivos de descarbonización, un proceso de reducción de emisiones de carbono a la atmósfera para tratar de reducir el cambio climático.
El desarrollo de nuevos proyectos renovables en España, ¿les está beneficiando?
—Pues no, porque todos estos grandes proyectos renovables están viniendo, por desgracia, de fuera. Son proyectos que vienen ya comprados en los que los promotores o, por así decirlo, los responsables de realizar ese tipo de inversiones, están trayendo todo los parques completos fundamentalmente de países asiáticos, viene todo de fuera y se instala todo de fuera. Es una pena, pues estamos perdiendo la oportunidad de potenciar el tejido industrial ya no solo local, sino también a nivel región y a nivel país, por supuesto.
¿Qué le diría a un joven que quiere emprender?
—Que emprenda y que se arriesgue, porque el esfuerzo merece la pena. Los comienzos son muy duros, pero merece la pena. Además creo que en este momento cualquier tipo de industria o de sector está muy necesitado de ideas, de nuevos desarrollos, de compromiso, de ganas, entonces que el esfuerzo merece la pena, así que adelante. Y que además va a contar con más apoyo del que se piensa en un principio.
Estamos en pleno debate sobre la reducción de la jornada laboral, ¿qué opinión tiene?
—Pues la verdad es que entiendo que más que medir la jornada laboral en horas, que es lo que están tratando de centrarlo, si se trabajan más horas o menos horas, yo creo que lo que habría que mirar sería la productividad o la eficiencia de esas horas, si somos o no productivos o de qué manera podemos ganar en productividad y en competitividad. Son dos parámetros totalmente diferentes. . Una empresa no va a ser más eficiente porque los trabajadores trabajen media hora más o menos, pero sí que es verdad que ese esfuerzo que se está haciendo en tratar de reducir o de convencer para que se reduzca la jornada laboral debería de emplearse en otro tipo de sistemas que ayudaran a las empresas a ser más eficientes y más competitivas que no el simple hecho de reducir una media hora o una hora o lo que corresponda a la jornada laboral. Hay otras vías mucho más prácticas y efectivas.
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