Borrar
Uno de los perros del ataque mortal, en la finca 'Los Galguillos' de Santa Marta. ARCHIVO

La estrangulación mecánica, levantar las patas traseras o introducir un dedo en el ano, entre las claves para parar el ataque de un perro

Un educador canino aconseja no tirar del animal ni de la víctima y explica las maniobras más seguras para lograr que suelte

Celia Luis

Salamanca

Jueves, 30 de octubre 2025, 10:47

Comenta

El reciente ataque de un perro a una mujer de 89 años en Pelabravo ha reavivado el debate sobre la tenencia responsable y la educación canina. Pedro Bautista, educador e instructor canino en Salamanca advierte de que «el problema no son las razas, sino la falta de socialización y de una correcta educación desde cachorros».

Bautista explica que todos los perros, independientemente de su tamaño o raza, pueden matar si no han sido socializados adecuadamente. «Los primeros meses de vida son fundamentales. Entre los dos y seis meses el cachorro debe acostumbrarse a todo tipo de estímulos: personas mayores, niños, ciclistas, patinetes, bastones... De lo contrario puede reaccionar con miedo o inseguridad«, señala.

El instructor recuerda que la mayoría de los ataques más graves se producen cuando el animal se escapa del control de su dueño. «Hay casos en los que los perros viven todo el día tras una valla y su único trabajo es protegerla. Si logran salir, actúan por instinto territorial y pueden atacar a quien se acerque«. En estos casos, añade, la responsabilidad recae en el tutor por no garantizar la seguridad y el control del animal.

Consejos para evitar un ataque

El profesional aporta una serie de consejos para evitar ser atacado: guardar la calma, no salir corriendo, tratar de huir lentamente y mantenerse verticales. «También es importante llevar un palo o bastón cuando se sale a pasear por caminos como la joven, pues así se separa la distancia con el animal«, detalla.

Las claves ante una agresión

Sobre cómo actuar ante una agresión, Bautista insiste en que «nunca hay que tirar del perro ni de la víctima, porque se agravan las heridas al provocar desgarros». Las maniobras más efectivas, según detalla, son la estrangulación mecánica (sin asfixiar completamente)—mediante una correa o sujetando al perro hasta que pierda aire—, en menor medida, levantar las patas traseras, lanzarle agua o, como última opción, introducir un dedo en el ano del perro puede lograr que suelte.

Asimismo, destaca la importancia de mantener la calma y evitar movimientos bruscos o gritos para no incitar más la agresión del animal, y si es posible, usar un hierro para hacer palanca y abrir la boca del perro. «Son recursos de emergencia. La clave está siempre en la prevención, no en la reacción«, afirma.

El educador insiste en que no existen razas «conflictivas por naturaleza», pero que algunas, como los perros de mandíbula fuerte, pueden causar consecuencias más graves cuando ocurre un ataque. «Cualquier perro malsocializado puede morder, pero uno grande genera daños mayores», resume.

Para Bautista, la educación temprana, la responsabilidad de los tutores y la correcta socialización son las únicas herramientas eficaces para evitar tragedias como la de Pelabravo.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca La estrangulación mecánica, levantar las patas traseras o introducir un dedo en el ano, entre las claves para parar el ataque de un perro

La estrangulación mecánica, levantar las patas traseras o introducir un dedo en el ano, entre las claves para parar el ataque de un perro