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El paro repuntó el pasado mes de enero en la provincia. El número de trabajadores registrados en las oficinas de empleo se incrementó en 612, una cifra mala sin paliativos que deja el cómputo total de parados en 18.031.
Sin contar con los años de la pandemia, 2020 y 2021, es el peor dato desde 2014, cuando Salamanca todavía se sacudía la crisis financiera e inmobiliaria.
La información ofrecida ayer por el Ministerio de Trabajo y Economía Social indica que de los 612 nuevos desempleados de enero 607 procedían del sector servicios, integrado por el comercio y la hostelería.
Tras acabar la campaña de Navidad y las semanas más fuertes de las rebajas el sector decidió deshacerse del personal temporal, lastrando el mercado laboral salmantino y demostrando su trascendental influencia.
La industria sumó 37 parados, mientras que en la construcción el desempleo cayó en 25 trabajadores y en la agricultura, en otros 5. La destrucción de empleo se tradujo en un descenso de la afiliación a la Seguridad Social en 1.664 personas.
Así, el primer mes acabó con 127.891 trabajadores dados de alta, lo que supone un retroceso de ocho meses en la afiliación, que registró en julio su récord en la provincia.
En cuanto a los contratos firmados, prácticamente fueron los mismos que en diciembre, 6.248. Comparado con el mismo mes del año anterior son 120 más, un claro indicio de que la temporalidad aumenta en Salamanca, a pesar de que ya se encuentra en niveles muy elevados. Dos de cada tres compromisos laborales firmados el mes pasado fueron temporales.
Ahondando en los detalles sobre contratación, el sector servicios vuelve a demostrar su enorme dominio en el ámbito laboral. El 79 % de los contratos registrados en enero vinieron de la mano del comercio y, sobre todo, de la hostelería.
Teniendo en cuenta la enorme temporalidad casi endémica de Salamanca, ¿por qué este mes de enero ha sido peor que el de años anteriores? Los empresarios lo tienen muy claro: la incertidumbre regulatoria por los continuos cambios en materia laboral y fiscal, así como las constantes trabas que se imponen al colectivo.
Por eso la Confederación de Empresarios de Salamanca (CES) denuncia que el incremento de parados en enero es consecuencia de que el tejido empresarial está «contra las cuerdas» ante las continuas medidas perjudiciales del Gobierno.
Por eso reclaman medidas para reactivar la economía y transformar el modelo productivo empezando por abaratar la contratación rebajando las cotizaciones sociales, reduciendo los tipos del impuesto de sociedades, así como reduciendo las cargas administrativas y la presión fiscal.
Por su parte, CEOE-Cepyme Salamanca reclama políticas que aporten estabilidad y favorezcan un marco propicio para el desarrollo empresarial y la recuperación del empleo.
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