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José Luis Pérez sirve una caña en su bar antes de la pandemia. ALMEIDA
El testimonio del hostelero salmantino que lleva meses “tirando de los ahorros”: “Las ayudas no llegan”

El testimonio del hostelero salmantino que lleva meses “tirando de los ahorros”: “Las ayudas no llegan”

José Luis, hostelero desde hace casi 40 años, lamenta que el Gobierno no conceda ayudas directas para salvar su sector

Domingo, 31 de enero 2021, 11:09

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Está a punto de cumplir 40 años al frente de su negocio, el bar Lyon en la avenida de Italia. Asegura que tiene cerrado “porque no compensa abrir” y se mantiene a la espera de las ayudas al sector. “Llevamos meses escuchando ayudas, ayudas, ayudas, pero en el bolsillo no hay nada”, afirma.

–Ha decidido cerrar su negocio. ¿De forma definitiva?

–No. Pero ahora mismo, con las restricciones que hay, mientras no podamos abrir para trabajar en el interior, no compensa, porque tenemos muy pocas mesas de terraza y con el frío es inviable.

–Y mientras tanto, esperando ayudas directas.

–Llevamos meses escuchando hablar de ayudas y ayudas, pero a la caja del bar y al bolsillo aún no ha llegado nada. Y si abrimos, no nos las van a dar, pero por otro lado se nos cae la casa encima. Llevamos desde el año 82 trabajando, abriendo a las 6 de la mañana y cerrando a la 1 y nunca habíamos tenido este sufrimiento, esta incertidumbre y angustia. Es como si estuviéramos enfermos.

–¿Y cómo subsiste una familia sin ingresos?

–Pues tirando de los ahorros de toda una vida trabajando mañana, tarde y noche, sin apenas descanso. Lo que pensabas dejarle a los hijos, comprar algún piso... tienes que tirar de ello. Y menos mal que mi mujer trabaja y que el local es nuestro, porque otros compañeros no tienen tanta suerte y se han visto obligados a tener que cerrar, así que en cierto modo nos podemos considerar unos privilegiados.

–¿Y ve la luz al final del túnel?

–Es complicado. Han prorrogado las restricciones, pero mi hermano y yo creemos que tendremos que abrir dentro de 15 días y que sea lo que Dios quiera, aunque sea tirando con las seis mesas de terraza que nos dejan. Y que nos ayudemos entre todos, porque si no, Salamanca se muere. Si cierra la hostelería repercute en pescaderos, carniceros, panaderos, distribuidores...

–Además, tienen que hacer frente a importantes gastos en materia de seguridad.

–Sí, pero lo que más me duele es que luego los autobuses van llenos, en los supermercados hay colas y colas para comprar y pagar y parece que los únicos culpables somos nosotros.

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