

Secciones
Destacamos
Rumanía afrontó el pasado domingo la repetición de las elecciones presidenciales, una jornada que culminó con la arrolladora victoria de George Simion en la primera vuelta, líder de Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR). El candidato ultranacionalista obtuvo más del 40% de los votos, un resultado que ha generado disparidad de opiniones y mucha incertidumbre por el futuro del país. Simion disputará la jefatura del Estado con el candidato oficialista Crin Antonescu y el independiente Nicusor Dan, actual alcalde de Bucarest, en los comicios del próximo 18 de mayo.
Radu Costin Iacob, rumano y sacerdote de la parroquia ortodoxa de Salamanca, recuerda que lo que está ocurriendo en su país es el reflejo de una corriente que está afectando a toda Europa. Lleva más de una década viviendo en España. «Cuando la diferencia entre la clase con menos recursos y la clase rica crece y la sociedad en general empobrece, lo habitual es que la gente vote a partidos extremistas. Ha pasado en Italia, en Argentina y ha ocurrido en España con el auge de Vox», explica a este medio. Asimismo, reconoce que la gente «está disgustada con la clase política», pero recalca que en su país el voto a Simion se ha llegado a considerar como un «voto antisistema»: «El Partido Nacional Liberal y el Partido Social Demócrata siempre se han alternado en el poder en Rumanía y llevan unos meses juntos, en una coalición. La gente está votando en contra de eso, la de Simion no es más que una alternativa», afirma.
El candidato se define a él mismo como nacionalista. «Dice que está en contra de Europa y que es prorruso. No creo que traiga buenas consecuencias para Rumanía, pero no lo sabemos. La verdad es que mi país nunca estuvo bien acercándose a Rusia, nosotros siempre tuvimos problemas con ellos y siempre hemos intentado escapar de su influencia, ya que tuvimos 40 años de comunismo y las consecuencias se notaron», reconoce. Y es que, Rumanía vivió una revolución en el año 1989 que derrocó al Gobierno comunista de Nicolae Ceaușescu. A partir de ese momento, los ciudadanos votaron a favor de Europa y de la democracia.
Los problemas que afectan actualmente al país son muy variados. Uno de los más acuciados es la migración a otros países en busca de oportunidades laborales. Además, cabe destacar que fuera de Rumanía el 75% de la gente votó a Simion, una reacción muy fuerte de la diáspora rumana: «La gente está cansada de vivir fuera de su país, quieren notar un cambio y no lo notan», asegura Iacob. Añade también que, desde que están en la Unión Europea, el país ha crecido económicamente pero la gente no lo ha percibido. «No tenemos el sistema sanitario de España, las carreteras se están construyendo pero no tenemos una que cruce el país, no contamos con un sistema educativo pionero y aunque hay empleo, los salarios son muy bajos y la vida muy alta. Mucha gente tiene dos trabajos», reconoce.
El sacerdote advierte que en la actualidad la única opción para Europa es «seguir más fuerte que nunca» afianzando alianzas y asegura que le gustaría que «Rumanía fuese parte de eso».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.