El cura de La Purísima denuncia que sufrió abusos por parte de otro sacerdote

La situación de los abusos sexuales ha tocado a la Iglesia local de pleno. El que fuera párroco de La Purísima y vicario de Pastoral de la Diócesis de Salamanca (número 3 del obispo), Policarpo Díaz, denunció ante la Diócesis los abusos sexuales sufridos por otro sacerdote, también salmantino, mientras que él era seminarista. Díaz entró en el Seminario de Calatrava con apenas 11 años tras abandonar su Guijuelo natal. En este contexto sería donde ocurrirían los hechos que, tras haber prescrito civilmente, la denuncia se está tramitando por la vía canónica. El sacerdote demandado tiene veinte años más que la supuesta víctima en este proceso.

Tal y como ha podido saber este periódico y han confirmado fuentes diocesanas, la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano encargado de la investigación de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes, ya se encuentra analizando el caso y recabando testimonios. Se da la circunstancia de que acaba de haber un cambio en la dirección de este órgano con el nombramiento del teólogo argentino Víctor Manuel Fernández, una persona muy afín al papa Francisco con lo que con este nombramiento se reforzaría la política de 'tolerancia cero' impuesta por el sumo pontífice.

Tras la conversación mantenida entre Díaz y el obispo el verano pasado, se decidió de manera consensuada que el sacerdote, encargado de La Purísima junto a Antonio Matilla, se retirara de forma temporal, según avanzara la investigación. A nivel público, se informó que era por una situación de «salud», aunque en ningún momento los feligreses sintieron que fuese por un tema físico ya que las constantes publicaciones a través de las redes sociales mostraban que mantenía una activa vida pastoral en León, su nuevo destino.

El obispo reorganizó su equipo de Gobierno el pasado 11 de abril y nombró vicario de Pastoral a Andrés González, en sustitución de Policarpo Díaz, sin hacer ninguna mención a este. Lo mismo ocurrió en el inicio de esta semana cuando se hizo público que el sacerdote Jorge García se ocuparía de la parroquia de La Purísima junto a Antonio Matilla, sin mencionar al cura nacido en la villa chacinera. Esta situación fue recogida con ambigüedad por el propio sacerdote en la carta enviada a los feligreses. «El pasado lunes salieron públicos los nombramientos diocesanos que suponen cambios en las distintas parroquias. En esa lista, no solo no aparezco, sino que, además aparece sustituyéndome Jorge García. Eso significa que no estaré entre vosotros como párroco», aclara.

Por otro lado, el sacerdote acusado, que mantenía labores activas en todos los ámbitos de la Diócesis de Salamanca, también se mantiene apartado y fuera del territorio salmantino a la espera de que concluya la investigación de la Congregación para la Doctrina de la Fe.