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La costurera Diana Melón realizando unos arreglos en su taller en el barrio de Tejares. ALMEIDA

«Las chicas me dicen 'cóbrame un extra', pero házmelo que estoy desesperada»

La temporada de grandes celebraciones, una mayor conciencia climática y el aumento generalizado del coste de la vida impulsan cada vez a más salmantinos a reparar sus prendas

Lunes, 28 de julio 2025, 11:21

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El aumento de la conciencia climática entre algunos, la proliferación de plataformas de venta de ropa online a precios irrisorios, pero que luego requiere varios arreglos y, como no, el aumento del coste de la vida han devuelto a la fama a las costureras.

Este oficio, que nunca dejó de tener su clientela fija, ve aumentar su volumen de trabajo. «Esta época del año siempre es buena porque vienen las bodas y mucha gente necesita hacerle algún arreglo para que el vestido o el traje le quede a la perfección, pero este año ha sido un no parar de trabajo y no solo de prendas para celebraciones grandes como bodas o comuniones, sino de todo. Normalmente yo entrego las piezas en el periodo de una semana desde que las recibo y desde abril tengo un tiempo de espera de 15 días», relata la costurera Diana Melón, a la vez que destaca que es una situación generalizada en el sector.

«Tengo varias conocidas que también tienen negocios de costura y me dicen que están igual. Incluso, antes cuando una persona me decía que no podía esperar yo lo que hacía era enviárselo a alguna conocida, pero ya me dijeron que, por favor, no les enviará más gente, que no tenían manos para tantos encargos», añade.

Una situación similar a la que Marisol Martínez vive en su taller ubicado en el Zurguén. «Tenemos muchísimo jaleo. Entre bodas, comuniones, graduaciones y los arreglos no hemos parado. Es una burrada», señala.

Durante esta época del año las peticiones más comunes son las relacionadas con vestidos y trajes para grandes celebraciones para las que, a menudo, corre prisa.

«Hemos recibo urgencias a punta pala. Gente que tiene una boda en menos de una semana y no se había dado cuenta que tenía que hacer algún arreglo o se le pasó el tiempo y ya tiene la fecha encima. Sin ir más lejos el jueves pasado me llegó una chica que era la madrina de un matrimonio y que necesitaba el vestido para el sábado. Por suerte, era algo pequeño y se lo pude hacer. Las chicas me dice: cóbrame un extra si quieres, pero, por favor, házmelo que estoy desesperada», comenta Marisol.

Además de los encargos de temporada, otro de los arreglos que han aumentado en los últimos años son los relacionados con las prendas compradas por internet a un precio muy bajo. «La gente ve un vestido por tres euros y piensa: me lo compró y luego lo arreglo. El problema es que no siempre es tan fácil. Yo siempre les digo a mis clientes: si vas a comprar algo para arreglar que sea solo un poco más grande o más pequeño porque sino te va a salir más caro el arreglo que la prenda y no te va a quedar bien», cuenta Diana.

Desde el punto de vista de las profesionales del sector, el aumento en la demanda de arreglos se debe a varios factores, entre ellos el económico.

«Antes la gente era más de tirar las cosas apenas se dañaban. Ahora como todo está tan caro tendemos más a intentar salvar las prendas. Además, cada vez hay más conciencia de lo que contamina producir ropa nueva y hay gente que prefiere reducir su consumo, así que buscan salvar prendas viejas. Creo que también influye que entre las nuevas generaciones muchas personas que no saben coser. Antes nuestras abuelas los pequeños arreglos los hacían en casa, ahora la gente prefiere ir a un taller», considera Diana.

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