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Javier Hernández y E. P.
Salamanca
Martes, 5 de noviembre 2024, 11:09
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Más de 11.000 salmantinos se encuentran en peligro de 'perder' su asistencia sanitaria a partir del 1 de enero. Se trata de los mutualista de Muface que, en lugar de recibir la atención sanitaria a través de Sacyl, lo hacen mediante clínicas privadas. El motivo de esta incertidumbre es que las aseguradoras que les han atendido durante años -Adeslas, Asisa y DKV- han decidido no presentarse a la licitación para la renovación del concierto para prestar asistencia sanitaria en el ámbito de Muface.
Estas tres aseguradoras eran las únicas que prestaban asistencia sanitaria a través de Muface en el último concierto.
De su lado, Adeslas sí ha decidido que se presentará a los conciertos de los funcionarios de Justicia (Mugeju) y del Ejército (Isfas). En estas dos mutualidades, los beneficiarios alcanzan a nivel total los 650.000 beneficiarios.
«Con esta decisión, Adeslas mantiene su compromiso con el sistema del mutualismo administrativo para aquellas mutualidades que permiten hacerlo sostenible, por los beneficios que ofrece a los funcionarios y sus familiares y las ventajas que supone para el conjunto del sistema sanitario español», explica la aseguradora.
La decisión de DKV es no presentarse ni a Muface ni Mugeju. En el comunicado donde informa de su decisión, la aseguradora detalla que tendría unas pérdidas de 77 millones de euros en dos años, casi las mismas que en el anterior concierto, que fue de tres años. La compañía asegura que el modelo está infrafinanciado, ya que el gasto de prestaciones médicas en el último concierto ha sido más de un 10% superior a la prima que ha recibido.
De su parte, Asisa ha decidido presentarse únicamente a los conciertos de Isfas y Mugeju, por lo que también evitará el de Muface.
El pasado 8 de octubre, el Gobierno sacó a licitación pública el nuevo concierto de las tres mutualidades con una subida en la prima del 17,12%.
La primera oferta del Gobierno a las aseguradoras fue un alza en las primas del 14%, algo insuficiente para ellas y tras lo cual amenazaron con levantarse de la negociación y dejar caer el concierto. Pedían un alza del 40% para no agravar sus pérdidas.
De este modo, y si no existe algún tipo de contraoferta por parte del Gobierno, todos esos mutualistas tendrían que ser absorbidos por el Sistema Nacional de Salud, lo que generaría una importante saturación de la sanidad pública, que con los mismos recursos se vería obligada a atender a 1,5 millones de pacientes más.
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