El comercio agoniza en rebajas con un 10% menos de ventas que en 2024
El gasto medio por persona no ha llegado a los 85€, pese al pronóstico inicial de 100€
La situación del comercio salmantino cada vez es más crítica. El sector afronta uno de los años más duros de los últimos años, mientras que las rebajas de verano terminan con resultados muy desalentadores. La realidad dista mucho de lo que esperaba la Asociación de Empresarios de Salamanca (Aesco) para este periodo de descuentos, con un gasto medio de entre 80 y 85 euros –aunque se preveían hasta 100 euros–, y un descenso en las ventas de hasta un 10% respecto al año anterior.
Los comerciantes tenían todas sus esperanzas puestas en estos meses de verano, que servirían de empujón para compensar un mal inicio de año. «La primavera ya había sido muy floja, con cerca de un 20% menos de lo esperado respecto a 2024, y pensábamos recuperarlo en la campaña de rebajas. Lejos de hacerlo, ha sido peor. La situación es ciertamente preocupante», admite Antonio Flórez, secretario general de Aesco.
La menor renta disponible de las familias y la inflación acumulada son dos de los factores principales que han influido en el descenso generalizado de las ventas. «Las familias cada vez destinan más recursos a gastos básicos y el coste de vida es un 30% superior al de hace cinco años. Eso disminuye el consumo», explicaFlórez.
Por otra parte, muchos profesionales del sector ponen el foco también en las recientes restricciones de tráfico que se están llevando a cabo en las zonas más céntricas de la ciudad. Flórez matiza que esta situación «todavía genera incertidumbre entre consumidores y comerciantes. «Pese a la empatía que el Ayuntamiento ha tenido con el sector, esta nueva medida echa para atrás porque, hasta que no exista un conocimiento concreto de cómo actuar, la gente va a desconfiar. Esta realidad ha condicionado las ventas», afirma.
Desde Aesco apelan a la responsabilidad del consumidor para salvar al comercio «de toda la vida». «Esta realidad solo se puede solucionar comprometiéndonos con lo nuestro, comprando en nuestros negocios y haciendo ciudad. Cada euro que no se gasta en el comercio de proximidad es riqueza y empleo que se pierden», subraya el secretario general. Además, recuerda que «hoy en día no hay diferencia de precios entre comprar online o local», y que mantener abiertos los negocios también significa mantener calles con vida, empleo estable y seguridad para los vecinos.
Concluida la campaña de verano, los comerciantes ponen ahora sus esperanzas en la vuelta al cole, el Black Friday y la Navidad para intentar cerrar 2025 con mejores resultados. Aun así, Flórez advierte: «La situación es mala y los comercios están al límite. No hablamos solo de negocios, detrás siempre hay familias. El cierre de una tienda también es una pérdida para toda la ciudad».