Ciencia y diversión en la Noche Europea de los Investigadores

«Mira, mamá, mira», grita una niña la ver el telescopio que acompaña a uno de los 25 puestos para la divulgación científica que decoraron este viernes la Plaza del Oeste con motivo de La Noche Europea de los Investigadores y que convirtieron al lugar en un curioso escaparate para mostrar que la ciencia no tiene porque ser aburrida.

Al contrario, la investigación puede ser muy divertida y eso es lo que querían demostrar los investigadores y estudiantes que participaron en esta iniciativa desarrollada por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad de Salamanca en colaboración de la Asociación ZOES, y que a través de juegos, talleres y experimentos pusieron al servicio del público sus conocimientos.

«Por medio de esta actividad podemos enseñarle a todas las personas, especialmente a los más pequeños, lo que hacemos desde el Centro de Investigación del Cáncer y tratar que entiendan la importancia de nuestro trabajo. Y que tomemos conciencia que es importante investigar para también curar», explica Carmen García del Servicio de Patología del Centro de Investigación del Cáncer.

Al igual que Carmen García son muchos los científicos que insisten en la importancia de la divulgación y que aprovecharon la Noche Europea de los Investigadores para de una manera creativa difundir el trabajo que se realiza en la Universidad en distintos campos.

Adivinanzas, actividades prácticas, rompecabezas, dibujos, experimentos, observación a través de un microscopio y juegos vinculados a distintas disciplinas científicas fueron solo algunas de las propuestas de las que pudieron disfrutar pequeños y mayores.

Unas actividades que tuvieron una gran acogida entre los salmantinos, especialmente en aquellos con niños pequeños. «Es una iniciativa muy buena, los niños la pasan muy bien y aprenden cosas nuevas. A la mía le gusta todo. Hace todas las actividades y todas le encantan», cuenta Raquel Gómez, madre de una niña de 8 años.

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