«No es un centro para inmigrantes, sino para quienes sufren persecución»
El obispo de la Iglesia Anglicana en España explica las diferencias entre el nuevo centro de refugiados y las instalaciones previstas en Puente Ladrillo
«Este centro es para refugiados. Se trata de un perfil diferente al de los inmigrantes. Además es un centro pequeño, de unas 50 plazas». Con estas palabras, el obispo de la Iglesia Anglicana, Carlos López, trata de marcar las diferencias que existen entre el centro de refugiados en el que se ha convertido la residencia Atilano Coco, en la avenida de los Cedros, con el centro que Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones confiaba en abrir en Puente Ladrillo, cuyo anteproyecto señala una capacidad para 448 personas.
«Es un centro para acoger a quienes sufren persecución política en sus países de origen. Tienen un estatus social relativamente alto. Generalmente son médicos o abogados, entre otras profesiones, con una cierta cultura y que en sus países están siendo perseguidos», señala el máximo representantes de los anglicanos en España en referencia al proyecto de Garrido Norte. Aunque todavía es pronto para precisar el origen de las personas que serán acogidas en estas instalaciones del barrio de Garrido, el prelado apunta que es probable que muchos lleguen del Este de Europa y de otros países que sufren dictaduras en los que no se respetan los principios básicos de libertad.
¿Por qué la Iglesia Anglicana ha decidido dar este giro a sus instalaciones de Garrido Norte? «Estamos intentando responder a las necesidades que existen. Actualmente Salamanca no tiene tanta demanda de plazas residenciales para estudiantes como cuando abrió nuestro centro universitario y queríamos ofrecer nuestras plazas a personas que provenían del norte de Europa e Inglaterra. Ahora creemos que no es tan necesario esto y, por otro lado, sí lo es tener un centro para refugiados respondiendo a las necesidades sociales», asegura López en respuesta a las preguntas de este periódico.
Esta transformación de las instalaciones se hace a través de Diaconía, cuyo programa 'Un Nuevo Hogar' coordina más de 500 plazas de acogida para solicitantes o beneficiarias de asilo y cuenta con 11 plazas de vulnerabilidad para mujeres potenciales víctimas de trata de seres humanos con menores a su cargo.
