'La censura postal' en tiempos de guerra, una exposición con 700 piezas entre cartas, documentos y fotos

Como si de una clase de historia se tratase, el coleccionista e historiador José Luis Rodríguez Argüeso ha presentado este miércoles 'La censura postal 1936/1945', una exposición con más de 700 piezas entre cartas, documentos originales, objetos y fotografías que ilustran el papel fundamental del servicio postal durante los años de la Guerra Civil Española y la posguerra. Esta se podrán disfrutar en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca hasta marzo de 2025.

El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Eloy Ruiz, ha sido el encargado de inaugurar la exposición y ha destacado en su intervención la importancia de esta muestra para preservar la memoria histórica y resaltar el valor del servicio postal como un medio de comunicación esencial durante uno de los periodos más turbulentos de la historia de España. «Gracias a todo el trabajo que ha hecho José Luis durante todos estos años de investigación, hoy podemos ponernos en contexto de lo que ocurrió en esa época», ha expresado Eloy Ruiz.

«Este coleccionismo lleva más de 35 años. Todo empezó cuando me llamó la atención una serie de censuras postales que tenía un señor en una exposición filatélica. Por otro lado me di cuenta de que en los institutos en los he sido profesor existía un gran desconocimiento de la época del franquismo, por eso comencé a coleccionar y así fue el inicio de todo. A partir de ahí este coleccionismo ha ido unido a una grandísima investigación y lectura de muchos libros hasta llegar a presentar varias exposiciones», ha explicado José Luis Rodríguez Argüeso, que ha desarrollado su vida profesional en torno a la docencia en diferentes institutos de bachillerato.

En sus ratos libres comenzó coleccionando sellos, monedas y billetes de distintas épocas, pero su curiosidad intelectual le llevó más lejos, de modo que su coleccionismo iba aparejado a la investigación. Por ello cuando llegaron a sus manos una serie de cartas de la Guerra Civil, comenzó a investigar más y más..., José Luis es de la opinión, de que para tener una visión real e imparcial de los hechos acaecidos, con especial incidencia en los años de la guerra civil y posguerra, hay que recurrir a los documentos.

En los últimos años José Luis ha presentado varias exposiciones: 'Automoción y Guerra Civil', 'Economía y Guerra Civil', 'Educación y Cultura en la Guerra Civil y Posguerra', 'Sanidad Militar y Cruz Roja'.

Durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura franquista, la correspondencia no fue respetada como inviolable. Tanto el correo internacional como el interno fueron sometidos a estricta intervención, especialmente aquel enviado por personas sospechosas de deslealtad al Régimen o por quienes las autoridades militares, civiles y judiciales consideraban de interés.

La exposición abordará estos aspectos, con especial atención a la provincia de Salamanca, aunque también se extenderá a otras áreas de Castilla y León y buena parte de España.

Entendemos por censura postal, el control que ejercen las autoridades de un país, de toda carta postal o paquete que circule por correo entre personas de un mismo país o del extranjero. España, al no haber participado en la Primera Guerra Mundial, no había experimentado el control de la correspondencia. Sin embargo, con el inicio de la Guerra Civil, ambas zonas en conflicto comenzaron a censurar su correo. Esta censura se implementó principalmente para evitar que se enviara información militar sensible al enemigo. Dado que el país estaba dividido en dos zonas geográficas, muchos habitantes apoyaban al bando contrario y podían intentar compartir información militar sobre su área.

Al inicio de la sublevación militar, ambas zonas tomaron diversas medidas como la requisa de vehículos privados y la restricción de viajes mediante salvoconductos. Con las líneas telefónicas cortadas, el correo postal se convirtió en el único medio de comunicación, pero este fue censurado. En la zona republicana, los sindicatos UGT y CNT se encargaron de la censura debido a la debilidad del gobierno central, mientras que en la zona sublevada, esta tarea recayó en las autoridades militares. Inicialmente, la censura se justificaba por el riesgo de compartir información militar, pero luego se usó también como un mecanismo de control ideológico.

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