Cazuelas, cuadros o ropa vintage: los curiosos chollos que se pueden comprar en el Rastro de Salamanca

Las elevadas temperaturas del verano no impiden que los salmantinos acudan a su cita semanal. El Rastro es uno de los planes de fin de semana más habituales en la ciudad, dónde hay puestos para todos los gustos y necesidades, desde las 9:00 hasta las 14:00 horas. Pero, ¿Qué compramos? LA GACETA ha acudido a la Aldehuela para averiguarlo.

Entre los productos más vendidos, destacan diversas prendas de ropa: vestidos, blusas, faldas… , según apuntan los clientes. La mayoría de negocios ofrecen una variedad de artículos y de estilos en los que descubrir auténticas «gangas». Además, este tipo de tiendas se ha vuelto toda una tendencia en redes sociales por la cantidad de prendas «vintage» que se pueden obtener a un precio muy asequible. Los accesorios y complementos tampoco faltan en este espacio. Especialmente, collares, pendientes y anillos de acero son otros imprescindibles de cada semana, así como los bolsos y productos de cuero.

Otro de los productos más comercializados es la ropa interior. Las ofertas de calcetines son uno de los grandes protagonistas de las mañanas de la Aldehuela, así como otros artículos de ropa íntima, bragas y calzoncillos, y «trajes de noche», que triunfan entre los clientes habituales.

Fuera de los artículos de moda, los utensilios de cocina son muy vendidos en estos puestos. Son muchas las personas que se acercan al Rastro a renovar sus juegos de cocina. Con ollas y cazuelas abandonaban este domingo el recinto muchos salmantinos. La ropa de cama o toallas son otros dos de los productos estrella.

Sin embargo, junto a estos habituales, hay una gran variedad de puestos por descubrir en el mercadillo. Diversos negocios cuentan con antigüedades y diferentes elementos ornamentales: máscaras, jarrones, o incluso cuadros. La literatura no falta, y los niños tienen su hueco con muñecas y juguetes de segunda mano. La perfumería tiene su presencia con fragancias a precios reducidos, así como herramientas y productos de bricolaje. A su vez, entre los artículos más curiosos, cabe destacar paquetes de empresas logísticas cuyos compradores nunca llegaron a recibir, junto con elegantes arañas de techo.

El Rastro cuenta con muchos clientes habituales, como es el caso de Oliva García. «En verano menos, pero vengo casi todos los domingos con mi hermana», comentaba la salmantina tras realizar sus compras.

Aída Arce también acude a menudo. «Siempre la gente viene a darse una vuelta», dijo. Sin embargo, el verano tiene sus consecuencias. «Hay gente que no viene por el calor. No he visto muchos puestos». Lo mismo opina Jorge Fernández que, con la visita de su hermana, ha aprovechado para disfrutar de las compras en el recinto ferial, junto a su familia. «Llevaba mucho tiempo sin bajar», apuntaba.

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