
Secciones
Destacamos
La mayoría de edad marca un punto de inflexión para muchas jóvenes que han crecido bajo la tutela de la Administración. Cuando cumplen los 18 años, la red de protección desaparece y muchas se ven abocadas a la precariedad, la soledad y la falta de oportunidades para construir un proyecto de transición a la vida adulta. Frente a este vacío y problemática social, nace 'Casa Talita', un hogar de carácter interinstitucional para trazar un futuro, inaugurado y bendecido este martes por el obispo de Salamanca, José Luis Retana.
No es solo una vivienda, sino un espacio de acompañamiento y empoderamiento. El proyecto, impulsado por tres instituciones religiosas—los Agustinos Recoletos (Arcores), las Hijas de Jesús (Jesuitinas) y las Hermanas de la Consolación—, cuenta además con la cesión desinteresada de un piso por parte de la Diócesis de Salamanca. El objetivo principal no es solo ofrecer un techo, sino acompañar a estas jóvenes en su proceso de autonomía. «La idea es dar continuidad al trabajo que ya se realiza en los centros de acogida y acompañarlas tanto en la inserción en el ámbito social como en el laboral porque muchas jóvenes salen en situación de vulnerabilidad, sin apoyo familiar ni respaldo económico», explica a LA GACETA José María Bernal, laico agustino recoleto y delegado de Arcores en Salamanca.
Se trata, por tanto, de un acompañamiento integral: desde el aprendizaje de habilidades domésticas y sociales hasta la orientación formativa y laboral, pasando por el apoyo emocional y el desarrollo de la autoestima, la responsabilidad y la confianza en sí mismas, preparándolas para la emancipación entre los 18 y los 21 años. El apoyo económico, cubierto por las tres instituciones religiosas, garantiza que ninguna se quede atrás por falta de recursos. «La idea es que aprendan las tareas del hogar y normas de convivencia, que terminen su formación y que consigan una independencia», añade José María Bernal.
Una vez diseñada la iniciativa, lo más complicado para las tres congregaciones religiosas fue encontrar un alojamiento: «Teníamos el soporte técnico, jurídico y económico de las tres congregaciones, pero no encontrábamos vivienda ni siquiera en el mercado abierto, pues cuando hacíamos mención a que era para una obra social muchos arrendadores se tiraban para atrás. Hasta que llamamos a la puerta de la Diócesis y enseguida se prestaron a cedernos un inmueble y a ayudarnos en todo», aseguran los religiosos.
«Todos tenemos derecho a una vida digna y a labrar nuestro futuro. Nuestra idea es que las chicas acojan el piso como su casa y que cuando salgan de él tengan un futuro. Un trampolín para acceder a la vida. Así como que socialicen con jóvenes de su misma edad», detalla Marisa Sánchez, hermana de la Consolación.
El proyecto arrancará con tres jóvenes que vivirán solas con la supervisión de una coordinadora, técnicos, educadores sociales y psicólogos, aunque la vivienda tiene capacidad para acoger hasta cuatro. «De momento entrarán a vivir tres, pero la idea es ampliarlo a cuatro en cuanto cojamos un poco de rodaje; e inaugurar más viviendas con el tiempo», expresan.
'Talita' aparece en el texto evangélico de la hija de Jairo (Mc 5, 41), cuando va a buscar a Jesús porque su hija está enferma, y para algunos, ya muerta, para que haga algo y la cure. Cuando va a casa de Jairo se acerca a la niña, le coge de la mano y dice «Talitha kum (Niña, a ti te hablo, levántate)». Y eso es lo que quieren conseguir con este proyecto: acoger a chicas jóvenes, de 18 años, que salen de los centros tutelados y tienen toda una vida por delante. «El logo del proyecto es una flecha y una casa porque aquí se acoge y se impulsa hacia arriba a estas chicas».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.