Más carteles protegidos y aviso a los escaparates con luz de las inmobiliarias

El Ayuntamiento ampliará el listado de carteles comerciales protegidos por su valor histórico, cultural o identitario al ser representativos de otras épocas y de establecimientos emblemáticos del comerciosalmantino, a los que se unirán además carteles de barrios que, aunque no tengan valor artístico, sí son historia de la ciudad. El catálogo se estrenó con 23 elementos seleccionados por el Museo del Comercio de Salamanca, inventario creado junto a la Comisión Técnico Artística para que se conserven sin que les afecten las modificaciones de la Ordenanza Municipal Reguladora de las Condiciones Técnicas y Urbanísticas de Instalación de Elementos de Publicidad e Iluminación de Actividades, una normativa cuya moratoria de 18 meses para su aplicación acabó el pasado día 7 agosto.

Ante el importante volumen de solicitudes de regularización de letreros, el Consistorio ha reforzado los departamentos de Urbanismo y Policía Administrativa encargados de estudiar y asesorar cada expediente: han sumado un técnico y un administrativo. Según fuentes municipales, desde febrero de 2023, cuando entró en vigor la ordenanza, y hasta ahora han sido 124 los negocios que han presentado solicitudes. Aún no se han analizado todas al detalle, pero por ahora 15 serán analizadas por la Comisión Técnico Artística al encontrarse en calles en las que es obligatoria su valoración. «La intención no será multar, por lo que los afectados tendrán margen para adaptarse», apuntan las mismas fuentes, que apuestan por la flexibilidad «con los que muestren intención de cumplir».

Tras las reuniones informativas en la Cámara y en CEOE-Cepyme Salamanca, a finales del mes de julio el Ayuntamiento envió una carta recordando las novedades de la nueva normativa que afectan a las inmobiliarias, como la de cumplir con las nuevas condiciones de los carteles de «se vende» y «se alquila», así como para recordarles que tienen que solicitar permiso para los escaparates luminosos, que en unos casos se permitirán, en otros no y, en otros, a determinadas horas. Tendrán hasta septiembre para adaptarse. La flexibilidad será una máxima y el refuerzo del personal permitirá estudiar de forma individualizada cada caso, en un proceso en el que los aparejadores tienen «línea directa» con los técnicos municipales para guiarles en la elaboración de solicitudes.

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