Carmen Conesa, en Las Noches de Fonseca: «Es brutal hacer de Medea bajo la máscara de una loba»
Tras el éxito cosechado en Mérida hace dos años, este miércoles pone el broche al retomado ciclo escénico
Las Noches de Fonseca se despiden este miércoles en el emblemático claustro (22:30 h.) con la interpretación del melodrama 'Medea', una obra coproducida por la Fundación Juan March y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Vuelve a representarse dos años después en Salamanca con Carmen Conesa convertida en loba en una interpretación que ya despertó los elogios de toda la crítica teatral.
Vuelve a subir a Medea al escenario dos años después ¿Cómo se enfrenta a este reencuentro con un personaje tan intenso?
—Para mí es muy emocionante. Han pasado ya dos años desde Mérida y siempre que se revisa un texto y un espectáculo produce mucho vértigo, pero a la vez una excitación porque ya no eres la misma persona. Has crecido, madurado, envejecido e incluso puedes descubrir cosas nuevas. Para mí ha sido un reencuentro feliz y emocionante.
¿Cómo se enfrenta a un personaje que envuelve todo y hace ocultarse del todo a Carmen Conesa?
—Si nos remontamos a los orígenes y a la iconografía del teatro, comedia del arte y las máscaras griegas. Es un teatro de máscara en el que te colocas un disfraz realmente que te deforma o que te transforma y jugar a través de eso y ampliarlo. En este caso es además un amplificador del personaje con esa máscara tan bestia como de loba. Es un personaje tan brutal, apasionado, y a la vez tan terrorífico, que da hasta miedo que pueda ser capaz de cometer el acto de asesinar a sus hijos por venganza, celos y amor a Jasón. Es brutal y muy sorprendente para el espectador además hacerlo bajo esa máscara que a Marta Eguilior se le ocurrió.
¿Cuál diría que fue el mayor reto físico y emocional de interpretar a Medea?
—En un principio estaba preocupada basicamente por poder respirar. Me daba mucho miedo que la máscara, al ser de látex, y me tapaba la nariz y los orificios, no pudiera respirar. Pero, al contrario, disfruto de que no se me reconozca de que sea directamente el personaje el que está por encima de Carmen tapando a la actriz. Da la ventaja de que solo existe Medea, con mi voz, pero el personaje. Es una labor que lleva casi tres horas para poder pegar bien la máscara, maquillar encima, y además llevo una coraza de ocho pechos colocados debajo y un vestido que pesa como treinta kilos. A nivel de interpretación, además de decir el texto de Medea, tengo que reconocer, esperar y casi saberme de memoria todos los fragmentos musicales. Los músicos van con partitura. Ellos me decían ayer que flipaban porque tenían la partitura delante, pero me decían que yo me lo sabía sin ella.
¿Qué recuerdos le trae Salamanca en el mundo de la interpretación?
—He actuado más veces en Salamanca en teatro. Pero creo que, en este mismo espacio, interpreté hace la friolera de casi treinta años a Mariana, en la obra 'Mariana Pineda' , de Lorca. Creo que lo hicimos allí porque recuerdo la imagen de un patio precioso y de un pozo con Emilio Gutiérrez Cava, Cristóbal Suárez o Manuel Bandera.
La directora, Marta Eguilior: «Hoy en día ver un melodrama es algo completamente único»
La propuesta de la directora bilbaína Marta Eguilior vuelve a representarse dos años después tras el éxito cosechado en Mérida. Considera «un honor» cerrar Las Noches de Fonseca con Medea en un género completamente en desuso. «Hoy en día ver y representar un melodrama es algo anómalo y completamente único. No hay ningún espectáculo de gira parecido».
La directora detalla las características de un género «cuyo sustantivo ha llegado hasta nuestros días con un tono peyorativo». «Es una interpretación de música en directo y sobre la partitura está escrito el texto que interpreta Carmen Conesa, que tiene muchísimo mérito», reconoce.
Eguilior alaba un equipo «brillante» con la «calidad musical del Cuarteto Seikilos, completamente inapelable y una interpretación de Carmen con muy pocos elementos y una caracterización de loba».
La directora señala que la interpretación del mito clásico «es la mejor Medea que hay en cuanto a texto y dramaturgia», resalta frente a otras lecturas interpretativas que se realizan de la misma obra. De hecho, recomienda a los espectadores que no vayan con prejuicios si ya han asistido a alguna representación de la obra clásica.
«Hemos transformado a los intérpretes en animales, algo que en España no es muy común y que, en su momento, fue motivo de debate entre los intérpretes. Medea es una obra de teatro y de ópera con prosa y música en directo. Solo por eso es única».