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Rogelio Guinaldo, su padre Agustín y su hermano 'Agus', familia al frente del bar Guinaldo.

TERRAZAS DE BARRIO

El bar del barrio que da de comer a los famosos: «Me dijeron '¿Pero no sabes quién es?'... Tuve que meterme en Google»

El restaurante Guinaldo no solo es un punto de encuentro entre los vecinos del barrio San José, también es el lugar de reunión de la plantilla y afición de Unionistas y en él han comido los cantantes Leiva y Omar Montes

José Fuentes Rajo

Salamanca

Jueves, 17 de julio 2025, 14:00

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Salamanca es una ciudad conocida por su intensa vida universitaria y por el turismo que llega atraído por la belleza de su Patrimonio, lo que dinamiza en gran medida la actividad de los bares del centro. No obstante, en los barrios alejados del bullicio estudiantil, como San José, los restaurantes acaban conformando una «familia» entre la clientela y el personal, como ocurre con el bar Guinaldo, que lleva más de cuatro décadas sirviendo comida y refrigerios.

La historia de este local se remonta al año 1982, cuando un matrimonio decidió mudarse de Madroñal de la Sierra a la capital para probar suerte abriendo un ultramarinos en un barrio muy diferente al que se conoce hoy en día. Con el tiempo, la pareja formada por Matilde y Agustín, apostó por este emblemático bar, y es el apellido del fundador el que da nombre al restaurante, un apellido que también llevan sus hijos, que trabajan con él actualmente. Uno de ellos, Rogelio, relata a LA GACETA la historia del negocio y su experiencia de toda una vida detrás de la barra y entre las mesas de la terraza. «Me he criado aquí. Yo no puedo hablar mal de San José, porque para mí es uno de los mejores barrios, por mucho que hable la gente y la fama que tenga, nunca hemos tenido ni un solo conflicto», explica Guinaldo, mostrando su fuerte conexión con el barrio que da vida al bar y le ha visto crecer.

Si el ambiente del centro está fuertemente impulsado por la Universidad, las instituciones que albergan sus instalaciones en San José, como el ECYL, la oficina de empleo, el centro de formación de la Diputación, así como otros centros de enseñanza como el IES Torres Villarroel, son las que impulsan en el distrito la hostelería local. «Como tenemos un trato muy familiar, empiezan el curso y prácticamente los nueve meses que dura vienen aquí a diario», señala Rogelio acerca de los estudiantes de estos centros. Y en esta ecuación no podía faltar otro gran componente.

Unionistas, un pilar fundamental

Si la devoción mutua entre la familia y el barrio es fuerte, la afición por Unionistas lo es más si cabe. Carteles, placas, imanes, calendarios, cuadros y un sinfín más de objetos decorativos y recuerdos del equipo adornan la estantería del bar, aunque no solo se debe a la cercanía del estadio Reina Sofía, ya que, según asegura Rogelio, «cuando estaban jugando en la pistas hemos colaborado tanto o más que ahora que juegan aquí, les hemos apoyado desde el minuto uno», afirma el hostelero. Y no solo la afición frecuenta el bar, sino que «los entrenadores, el equipo directivo y los futbolistas, del primero al último, han pasado por aquí y saben quiénes son 'Agus' y 'Roge' del Restaurante Guinaldo», añade. Por eso, para el bar, haber vivido tan de cerca partidos históricos para el club, como los de la Copa del Rey de 2023 y 2024 en los que Unionistas venció al Sporting de Gijón y al Villarreal para acabar compitiendo contra el mismísimo Barcelona, ha supuesto una intensa emoción difícil de describir, ya que es un equipo «al que hemos visto nacer», recuerda.

En verano ya no hay partidos, pero el bar cuenta con «un complemento muy importante de la hostelería salmantina», según destaca Rogelio: la terraza. «Si la sabes explotar y trabajar, aporta muchos beneficios», indica el hostelero, sobre todo ahora que la gente «disfruta más de salir a dar un paseo y tomar algo». De hecho, el ritmo de esta estación cambia radicalmente respecto al resto del año. Mientras que en invierno los días de mayor afluencia son los fines de semana, en verano ocurre lo contrario, ya que la gente aprovecha esos dos días para ir al pueblo o hacer una escapada, siendo de lunes a viernes cuando más ambiente hay.

Aunque, para poder cumplir con esa mayor carga de trabajo, cuesta encontrar empleados. «El problema que tenemos en la hostelería es la falta de personal», y aunque Rogelio entiende que hace años las condiciones pudiesen ser más duras, también señala que «actualmente los hosteleros cumplimos a rajatabla con todo el convenio». Considera además que este problema no es exclusivo del gremio y se extiende a la mayoría de actividades del sector servicios. Y a pesar de que la vida detrás de la barra tenga fama de ser sacrificada, para Rogelio es de lo más natural, puesto que es algo que ha experimentado desde siempre y no ha «conocido otra cosa». De esa larga trayectoria ha aprendido varias lecciones, por ejemplo, que regentar un bar es algo más «que abrir una cerveza», lo que realmente marca la diferencia es el trato con el cliente. «Yo digo que el camarero debe hacer de 'psicólogo', porque al fin y al cabo el cliente lo que busca es que te preocupes y le preguntes '¿qué tal tu padre?' o '¿cómo le han ido a tu hijo los exámenes?'», comenta.

Rostros muy conocidos a la mesa

Pero al bar no solo van los vecinos y estudiantes del barrio San José: varios rostros famosos se han sentado a comer también aquí. Concretamente, Leiva, hace dos años, y Omar Montes, el pasado. «Leiva, reservó y me dijo: 'Somos ocho personas. Si es posible, querríamos comer en el comedor privado'. Entraron y un cliente me dice: '¿Pero tú no sabes quién es ese? ¡Si es Leiva!'. Tuve que meterme en Google para saber quién era», recuerda Rogelio entre risas. «La comida fue una maravilla. Seguro que hay clientes anónimos que me han dado más problemas que ellos. Fueron personas muy sencillas».

Agustín y Rogelio posan junto a Leiva.

Algo similar ocurrió con Omar Montes. «Era ya tarde, sobre las cuatro, y me llama alguien: 'Oye, en media hora va Omar Montes con ocho o diez influencers'. Si uno era sencillo, este más», relata. «Comieron el mismo menú de fin de semana que cualquiera, no hubo trato de favor, ni mejor jamón, ni nada», apostilla. De esta forma, el bar Guinaldo se ha convertido en todo un emblema del barrio y un punto de encuentro de familias, estudiantes, Unionistas al completo y algunos rostros famosos.

El equipo del bar Guinaldo junto a Omar Montes.

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