Autobús: el Ayuntamiento presume de datos y el PSOE de incidencias
La moción de los socialistas para crear un grupo de trabajo para mejorar el servicio solo arranca el apoyo del Grupo Mixto
El pleno del Ayuntamiento de Salamanca abordó este viernes la situación del transporte urbano a raíz de una moción del Grupo Municipal Socialista para crear un grupo de trabajo que analizara mejoras en el servicio. La iniciativa fue rechazada, pese a obtener el apoyo del Grupo Mixto, en un debate más técnico que bronco y marcado por una idea compartida: el autobús registra incrementos históricos de uso, pero aún afronta cuestiones pendientes.
El portavoz socialista, Chema Collados, abrió el turno destacando un hecho que todos reconocen: el autobús cada vez mueve a más gente. Sin embargo, advirtió de que ese aumento de demanda «pone en evidencia fallos que afectan a miles de usuarios». Entre ellos, citó retrasos puntuales en líneas como la 11, 13 o 10, refuerzos insuficientes en horas punta, autobuses parados en cocheras «cuando hacen falta en la calle» o paneles informativos con incidencias. A ello sumó la falta de servicio de la línea 15 los fines de semana y la ausencia de horario extendido hasta medianoche, que existía antes. Su propuesta buscaba «anteponer las necesidades reales de los vecinos» mediante un espacio de trabajo con técnicos, grupos políticos y participación ciudadana.
Desde el Grupo Mixto, María Carpio coincidió en que los problemas existen, pero mostró dudas sobre la fórmula planteada: «Los usuarios se quejan, sí, pero antes de crear un grupo tan amplio necesitamos tener claro el origen de las incidencias: logística, supervisión del contrato, número de conductores…». Por ello anunció su abstención. Su compañero Ignacio Rivas consideró razonable escuchar a los afectados e incluso incorporar a los municipios del alfoz, aunque criticó que la moción «sobredimensionaba» la situación.
La visión más optimista la aportó el concejal de área, Ángel Molina, que enmarcó las críticas «en un contexto de mejora continua». Defendió que la red presenta un 98,7% de cumplimiento, que las paradas se atienden en un 92,2%, y que las quejas han caído un 16% respecto a 2024, pese al aumento de uso. Recordó además que en los últimos diez años los viajeros han crecido un 28%. «El servicio es notable y aspiramos al sobresaliente», afirmó, destacando la flota 100% ecológica, tarifas asequibles y actuaciones ya en marcha, como la prioridad semafórica o el refuerzo estructural de la línea 11.
Collados agradeció los apoyos parciales y recalcó que «cuanto más sube el número de usuarios, más importante es escuchar a los barrios». Un mensaje que encierra el punto común del debate: Salamanca tiene un autobús cada vez más utilizado y con menos reclamaciones, pero con margen para seguir ajustándose al día a día de quienes lo usan.