Ya no son un fenómeno reservado para las frías regiones del Ártico. Las auroras boreales han vuelto a conquistar el cielo de España. Durante la madrugada de este miércoles, una intensa tormenta geomagnética, visible incluso desde Salamanca, sorprendió al país al teñir la atmósfera de tonos rojizos, morados y verdosos. Un espectáculo nacional que ha inundado las redes sociales de fotografías y vídeos virales.
Óscar Martín Mesonero, astrofotógrafo y responsable de la empresa de turismo astronómico Startrails, logró captar esta pasada madrugada asombrosas imágenes de la aurora boreal visibles desde el cielo del Campo Charro y de La Armuña. Las fotografías que acompañan este reportaje fueron tomadas desde varios emplazamientos en Encina de San Silvestre, Golpejas y la ermita de El Viso, en Monterrubio de Armuña. Además, también se han podido visualizar en Martiago, tal y como ha podido demostrar Florencio Rodríguez, un vecino del pueblo.
En mayo de 2024, España ya vivió otra noche inolvidable de luces del norte, pero la magnitud de esta última tormenta —cuyos efectos podrán seguir observándose en los próximos días— ha sido aún mayor. Según los astrónomos, la causa se encuentra en el ciclo solar, que actualmente atraviesa su punto máximo, lo que incrementa la frecuencia e intensidad de las tormentas geomagnéticas.
¿Por qué se producen las auroras boreales?
Cuando una partícula energética choca con un átomo de oxígeno, este libera una luz roja o verde dependiendo de su nivel de energía. Los átomos y moléculas de nitrógeno, por su parte, emiten luz azul y rosa. Según la proporción de átomos y moléculas presentes en la atmósfera superior, las auroras pueden combinarse y crear otros colores, como el amarillo o el blanco.
Una de las razones por las que las auroras rojas son el color más común que se observa en latitudes más bajas es que los átomos de oxígeno que resplandecen en rojo se encuentran a mayor altitud en la atmósfera.
¿Dónde hay que ir para ver una aurora?
Las auroras más intensas pueden observarse incluso desde grandes ciudades, aunque las mejores vistas se obtienen en lugares con poca o ninguna contaminación lumínica. En el caso de la provincia de Salamanca, conviene buscar un punto alejado de las poblaciones y con una vista despejada hacia el norte, ya que las auroras suelen aparecer cerca del horizonte.
Las zonas oscuras del Campo Charro, La Armuña o la Sierra pueden convertirse en estupendos observatorios ocasionales.
Conviene armarse de paciencia: presenciar una aurora es siempre un juego de azar, así que no hay que desanimarse si la primera expedición no tiene éxito. Aunque los despliegues de luces pueden prolongarse toda la noche, a veces son breves y varían de intensidad. Durante los grandes fenómenos, las auroras pueden verse tan pronto como al atardecer o tan tarde como al amanecer, aunque generalmente alcanzan su máximo alrededor de la medianoche.
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