El arte joven más actual llega a La Salina cargado de frescura y compromiso

La sala de exposiciones de La Salina, dependiente de la Diputación, acoge hasta el 1 de diciembre la exposición con las obras premiadas y seleccionadas en el XXVII Certamen de Pintura «Jóvenes Pintores» de la Fundación GACETA, una ventana abierta a la creatividad y a las manifestaciones contemporáneas del arte más actual, vigoroso, sugerente y atrevido a través de las visiones personales y comprometidas de una nueva generación de artistas noveles que, a pesar de buscar hacerse un hueco en el controvertido y muchas veces convulso mundo del arte, no dejan de innovar, experimentar y plasmar a través de la plástica un mundo repleto de sensaciones, emociones, vivencias y sueños.

«Nuestra misión, a través de la Fundación GACETA, es ofrecer una plataforma donde los nuevos talentos puedan crecer, encontrar su voz y proyectarse hace el futuro», señala el presidente de la Fundación GACETA, Pedro Díaz Mesonero, quien reconoce el esfuerzo, la dedicación y la pasión de los artistas participantes, «pues vuestro arte, visión y valentía para expresaros es lo que hace que esta cita sea tan reveladora e inspiradora». En este aspecto, el presidente de la Fundación GACETA lanza una invitación a los jóvenes artistas «a seguir creando y a no perder nunca la ilusión y la pasión por lo que hacéis, pues vuestro trabajo contribuye a hacer una sociedad más rica y diversa», al tiempo que muestra su solidaridad hacia los damnificados por la DANA de Valencia, con especial recuerdo al artista Sergio Rocafort, premiado en este certamen con uno de los accésits.

En términos similares se pronuncia también el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, quien además de tener un recuerdo muy especial para todos los afectados por la DANA de Valencia alaba la apuesta reiterada de la Fundación GACETA por la creación y por dar visibilidad a los jóvenes artistas. «Es un certamen que lleva siendo de renombre muchos años, por eso nos encanta esta colaboración, ya que se trata de un apoyo y respaldo a las artes plástica, pero también a esas nuevas miradas y propuestas que se antojan fundamentales para interpretar la sociedad», apostilla Iglesias, quien define este certamen como «una puerta abierta al futuro de la creación artísticas, capaz de descubrir voces jóvenes para quienes ha llegado el momento de innovar, experimentar y arriesgarse».

Variedad y calidad vuelven a ser las constantes de esta nueva edición del certamen «Jóvenes Pintores» de Fundación GACETA, tal y como lo reconocen los miembros del jurado -integrado por Fernando Fernández de Trocóniz y Fernando Población, en representación de la Fundación GACETA, la galerista Adora Calvo y la coordinadora de exposiciones del DA2, María Jesús Díez-, para quienes esta iniciativa se ha convertido «en una ayuda increíble a los jóvenes artistas, pero también en un ejemplo del fomento de la cultura en la ciudad», destaca Calvo, consciente de que dicho certamen se ha transformado, «por su prestigio, en uno de los más importantes del país».

Prestigio que llega a través de autores como el coruñés Mateo Pardal, ganador de esta edición con la obra «Os que non volven», un trabajo concebido como un homenaje a los migrantes gallegos, especialmente a su abuelo, donde su obra trasciende la realidad más inmediata para convertirse en un canto al folclore gallego, a sus raíces. «Es una especie de morriña y nostalgia a mi tierra», señala el pintor coruñés formado en Salamanca y muy vinculado al expresionismo abstracto que rezuma la Facultad de Bellas Artes. Pero también gracias a la obra «Imagen Débil (estructura, oro)», del sevillano Salvador Jiménez-Donaire, una abstracción lírica cargada de personalidad y profesionalidad, que desprende emoción y grandes sensaciones, que se ha alzado con el segundo premio.

Y qué decir del artista distinguido con el tercer premio: Marcos Ramos, un salmantino asentado en tierras vascas que ha hecho de la creación plástica una denuncia hacia la sociedad actual, hacia las crisis económicas, de vivienda y climática que «está acabando con estado del bienestar». Pero, esa carga social, está arropada por una gran técnica creativa y una elevada presencia de recursos expresivos y libertad plástica, que se observa claramente en la pieza «Lo que queda», una serie creativa en la que ahonda sobre las casas en ruinas.

Junto a ellos y entre las 20 obras seleccionadas, merecen también especial atención «Love is the message, after Velázquez and Sailor Moon», del ucraniano, aunque vive a caballo entre Salamanca y Valladolid, Bogdan Chaikovskyi, una denuncia al consumo indiscriminado de imágenes, premiado con uno de los accésit; y «El oficio», galardonado con otro accésit, realizado por el valenciano Sergio Rocafort, que está viviendo en sus carnes el desastre de la DANA, quien en esta obra presenta un homenaje al oficio de alfarero desde una visión neorrealista de la creación plástica.

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