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Salamanca
Domingo, 17 de noviembre 2024, 12:42
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«Tuvimos mucha suerte porque mi hija estaba pendiente y se dio cuenta inmediatamente de que la perra tenía algo en la boca. Se lo quitó y que sorpresa cuando ve que es un trozo de chorizo con una aguja grande escondida dentro. Menos mal la perra no llegó a comerlo. Me da terror solo imaginar lo que podía haber pasado», relata asustada Sara Martín, una vecina del barrio de Prosperidad que el pasado miércoles vivió la terrible situación de que su mascota estuviera a punto de comerse una aguja escondida en un trozo de carne que alguien había dejado en una de los parque por los que Sara y su marido, Ángel Madruga, suelen pasear con su perrita Mia.
«Lo han metido a conciencia para que no se vea porque fue justo en el bulevar de la Milagrosa, cerca de la pista de baloncesto, que hay una zona verde en la que la hierba está un poco alta, entonces no se veía. Mi hija iba con la perra atada, pero claro, la perrita se metió en el césped a olfatear como siempre y ella no se preocupó. Menos mal estaba pendiente porque como hubiera estado conversando con alguien o despistada, Mia se come el trozo completo y la historia sería diferente. Y mi perrita está muy educada de no coger cosas por ahí, pero que animal se resiste a un trozo de chorizo...», cuenta Sara que demuestra su indignación por lo ocurrido: «No me entra en la cabeza que la gente tenga tan poco corazón. Es más animal la persona que hace estas cosas que el propio perro. Yo entiendo que no te gusten los animales, pero si los vecinos cumplimos con las leyes y limpiamos los desechos porque no puedes respetar a nuestras mascotas», añade.
A esta sensación de rabia se le suma la frustración al no sea la primera vez que ocurre algo así. «En este barrio los dueños de perros estamos muy pendientes porque es algo que cada tanto vuelve a pasar. Ya ha habido más casos similares y nunca se consigue al culpable. Te la pasas asustado porque no sabes si tu mascota está segura al salir a las zonas comunes, pero más allá de ir con más precaución no puedes hacer nada», lamenta la salmantina.
Las denuncias por sustancias tóxicas o nocivas para los canes no es algo nuevo en el barrio de Prosperidad. En varios ocasiones los vecinos han alertado de elementos orientados a generar daño a los perros que habían sido colocado por los parques o zonas comunes del lugar. En concreto, para estas mismas fechas en 2023 tres perros sufrieron intoxicaciones tras ingerir veneno en el pipican del lugar.
El peor caso de estas acciones contra los perros tuvo lugar hace dos años, cuando una mascota murió producto de ataque epiléptico tras ser envenenada en el parque situado al lado del Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM). El animal paseaba con su dueño por la zona cuando ingirió la sustancia que acabaría con su vida.
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