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La iglesia gótica escondida en el casco histórico de Salamanca

La iglesia gótica escondida en el casco histórico de Salamanca

Los restos del magnífico convento de San Francisco el Real que sobrevivieron la pólvora y al abandono permanecen ocultos para todos aquellos que pasen por las calles Ancha y Ramón y Cajal

P.M.R.

Martes, 11 de diciembre 2018, 10:50

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La Guerra de la Independencia trajo destrucción y muerte. Nada extraño tratándose de una contienda tan cruel. Salamanca fue una de las ciudades que sufrió el expolio y la aniquilación de muchas de sus joyas artísticas y monumentales. Especialmente durante el asedio a los fortines franceses de los conventos de San Vicente, San Cayetano y La Merced entre el 17 y el 27 de junio de 1812. El protagonista de este artículo, desapareció casi por completo una vez acabado el conflicto. De forma accidental o no. Es algo que la Historia no ha podido dilucidar. Hablamos del convento de San Francisco el Real. Una joya del barroco que se situaba entre las actuales calles Ancha y Ramón y Cajal. Y ahí sigue. Resistiendo al paso del tiempo y mostrando de forma discreta y casi oculta una pequeña parte de su inmensa belleza.Remontémonos al año 1231. El fraile Bernardo de Quintanaval, discípulo del mismísimo San Francisco, funda en Salamanca un magnífico convento que se extendía desde la actual acalle Ancha hasta Fonseca. Así lo indica Julián Álvarez Villar en su obra "Salamanca desconocida". Obviamente el fraile no llevó a cabo semejante proyecto en solitario. Tuvo la protección y el respaldo de la Corona. Concretamente de Fadrique de Borgoña y Suabia, hijo de Fernando III El Santo y hermano de Alfonso IX. Por este motivo el convento se bautizó como San Francisco El Real o El Grande. En 1422 aparece documentada su existencia vinculado a la Universidad de Salamanca y un siglo más tarde llega a acoger hasta 120 religiosos. Su importancia fue tal que incluso el mismísimo Carlos V se alojó en este convento cuando viajaba de camino al Monasterio de Yuste, donde murió en 1558.Pero ese esplendor que se fue apagando poco a poco, recibió una estocada de muerte en la Guerra de la Independencia. Los galos ya habían sido vencidos, pero el 6 de julio de 1812 el centro de Salamanca amaneció envuelto en llamas. El polvorín que almacenaba la munición incautada a los franceses saltó por los aires. Y las llamas alcanzaron el convento de San Francisco el Real. Las vidrieras se partieron en mil pedazos, los elementos de madera ardieron y la construcción quedó prácticamente en ruinas.Hoy, la única construcción gótica religiosa del principio del estilo conservada en la ciudad, permanece oculta para el gran público. Desde la calle Ancha se puede observar la cabecera formada por los ábsides de la capilla mayor y de la epístola. La nave del evangelio fue eliminada a mediados del siglo XVIII por García de Quiñones para construir lo que hoy conocemos como la iglesia de los Capuchinos.El convento de San Francisco el Real ha formado parte de las visitas del programa Las Llaves de la Ciudad. De esta forma algunos privilegiados han podido contemplar su magnífico altar barroco realizado en piedra y sus bóvedas y arcos góticos. Una pequeña muestra de lo que fue uno de los edificios religiosos más bellos que se construyeron en Salamanca.Policía de raza, novelista, concursante y solidario. Así es el nuevo comisario jefe de SalamancaCiudadanos se niega a apoyar al PP. Se abstendrá o votará a González Bueno como alcaldeEl juzgado de cláusulas suelo, desbordado. Ingresa el doble de asuntos de los que puede resolver

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