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Belén Hernández
Salamanca
Domingo, 3 de marzo 2024, 06:00
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Casi 17.000 salmantinos viven en barrios en los que han desaparecido todas las oficinas bancarias existentes y 11.000 ni siquiera tienen cerca un cajero automático. Esta es la realidad que se vive hoy en día en la capital, donde en el último lustro han desaparecido una de cada tres oficinas bancarias, según los últimos datos del Banco de España.
La única opción que tienen los residentes de los barrios afectados por la «desertización bancaria» es trasladarse al centro de la ciudad o a la sucursal del barrio más cercano, que no tiene que ser de la entidad con la que trabajan. Se encuentran en esta tesitura los vecinos de Chamberí, los de Buenos Aires y los de Vistahermosa. Para ellos el servicio más cercano es el único cajero que presta servicio en Tejares, donde hace años se cerraron las puertas de la última entidad bancaria que atendía a los clientes de la zona y de algunos pueblos del alfoz.
Parece que las dificultades de acceso bancario es endémico en el área trastormesina de la capital, ya que tampoco hay oficinas en El Teso de la Feria, en El Arrabal, así como en los barrios del Tormes y La Vega. En este caso las opciones de las personas que viven en estas zonas es acudir a la única oficina del Zurguén o a la solitaria sucursal de San José, siempre que sean clientes de las mismas. A ellos se suma la población que reside en el barrio de Ciudad Jardín, donde tampoco quedan entidades bancarias que presten servicio, así como en Huerta Otea, donde desde su creación no se han asentado oficinas bancarias.
Este panorama evidencia que en la provincia de Salamanca la desertización bancaria no es exclusiva de los pequeños núcleos y que este fenómeno ha echado raíces en la propia capital. Los principales damnificados de la situación son las personas mayores, que además sufren lo que se ha denominado exclusión financiera, al no poder efectuar los trámites bancarios online porque no tienen conocimientos tecnológicos para realizarlos a través del cajero, por las aplicaciones de móvil o por internet.
«En todo el área de Tejares, Buenos Aires y Chamberí solo ha quedado un cajero automático, algo que para los mayores no es operativo», denuncia el Defensor del Mayor del Ayuntamiento de Salamanca, Jesús Sánchez Rodríguez. Enumera el resto de áreas residenciales en la zona trastormesina que se encuentran en una situación similar, desde El Arrabal hasta el barrio de La Vega.
«Las entidades se amparan en que no les sale rentable instalarse en estos barrios, lo que demuestra que cuando se cierra una sucursal se hace por su propio interés y no por el general», lamenta el representante de los mayores.
Sostiene que para obtener un buen servicio, en cada barrio debería de haber una o dos sucursales bancarias donde las gestiones se puedan tramitar presencialmente. «Sobre todo los mayores de 70 años tienen verdaderos problemas incluso para utilizar las tarjetas de crédito. Cuando hay que comprar, bueno, pero cuando tienen que realizar alguna transferencia u operaciones por el estilo la cosa ya cambia», lamenta el representantes del colectivo de mayores de Salamanca.
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