«Hay zonas en las que entras y piensas que de ahí no sales, pero me quedo con la bondad de las personas»
Félix Muñoz, a lomos de su motocicleta, ha recorrido todo el continente americano durante más de dos años, viviendo una experiencia única, visitando todos los países de la zona continental
Ciudad Rodrigo
Viernes, 10 de octubre 2025, 06:15
El mundo del motor cataloga el conocido Rally Dakar como «la mayor aventura» dentro de las competiciones deportivas. Pero fuera de ellas, existen personas capaces de enrolarse en hazañas de otros tiempos y lejos de los grandes focos. Es el caso de Félix Muñoz, un joven mirobrigense que, durante dos años y dos meses, recorrió el continente americano a lomos de su motocicleta. Una idea que surgió tras otra experiencia anterior en Canadá en 2018: «Decidí irme con 300 euros a Canadá, a trabajar allí de lo que encontraba, ya fuera cuidando cabras o en la construcción, y con lo que saqué pude comprar una furgoneta y recorrió todo el país y Estados Unidos durante algo menos de un año», comenta Félix.
A su regreso a la normalidad el gusanillo de la aventura volvió a crecer y completar una gran odisea. Viajar con su propia moto de punta a punta del continente americano, partiendo desde el norte de Alaska, hasta la Patagonia argentina. Pero una vez allí, no era suficiente: «Me puse un reto más, ir a todos los países de la América continental», recuerda con una sonrisa Félix cuya ruta inicialmente se iba a extender un año pero que «finalmente con tantos zigzags se fue estirando y casi se duplicó».
Un viaja cargado de contrastes y cuya mayor dificultad para este mirobrigense era «salir de casa», comenta entre risas. «El momento en que dices que ya, que empiezas a preparar todo, es el más importante y que la cabeza comprenda que ya no hay vuelta atrás». Sobre el terreno, cientos de kilómetros que sirven para darse cuenta de que «con poco uno es feliz y que las experiencias que vives, los lugares que ves y la gente que conoces vale mucho más que las cosas materiales o el dinero invertido en romper tu zona de confort», recalca este motero que pone de manifiesto que «para nada soy rico, ni millonario, con pocos recursos se pueden hacer rutas como esta».
En la mochila de Félix se acumulan recuerdos y momentos que siempre quedarán en la memoria. «Para mí, estos viajes son todo. Te dan mucha seguridad en ti mismo, acabas aprendiendo a superar todos los problemas, que puedes con todo lo que venga. Y también me quedo con la bondad de las personas que he encontrado por el camino. A sus ojos eres vulnerable, pero para bien, y la gran mayoría te va a echar una mano si lo necesitas», explica Félix que hace un llamamiento al sentido común para los futuros aventureros.
«Hay lugares y países que son inseguros, zonas en las que entras y piensas que de ahí no sales. Pero el peligro se huele, entonces hay que aplicar el sentido común e irte o por ejemplo en mi caso no conducir nunca de noche», expone con rotundidad Félix.
Consejos de las gentes locales
Para Félix, una de las claves para cumplir estas aventura era el conocimiento de la gente local que vive en estas zonas del mundo. «Yo tenía algunas cosas claras y qué ver, pero también surgía sobre la marcha y ellos me indicaban rutas que coger y cuáles evitar para no tener problemas», recuerda este motero.
Solventando los problemas
Este tipo de viajes ofrece también la dificultad de los problemas para el suministro de combustible o solventar inconvenientes mecánicos. «Es cierto que no hay tanta distancia como pueda parecer entre núcleos urbanos, pero es cierto que algunos países tienen problemas de suministro de combustible como Bolivia o Venezuela o algunas zona de Brasil y a veces hay que tirar del mercado negro».
El descanso del guerrero
«La siguiente vendrá, pero aún no lo sé, es el momento de volver a la rutina y estar con la familia», dice Félix.
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