La Virgen de la Peña de Francia eleva las almas de Ciudad Rodrigo

Los fieles se congregaron al ocaso del cielo mirobrigense en torno a la parroquia de San Andrés para admirar a la Virgen de la Peña de Francia. Después de una novena y una misa, mayordomos y cofrades salieron a las calles de Ciudad Rodrigo para guiar la tradicional procesión de la patrona, la cual siguieron un gran número de vecinos devotos.

La gaita y el tamboril acompañaron a los asistentes y sacerdotes a lo largo de la avenida de España, una de las principales, con el tráfico en un sentido cortado por la Policía Local. Una hilera de pendones custodió la imagen marcando el paso, mientras el público se abría paso alrededor de la imagen, objeto de todas las miradas y atenciones. En su rumbo al Árbol Gordo, varias fueron las paradas que los cofrades efectuaron para que todos pudieran acompañar al párroco, Tomás Muñoz Porras, en sus oraciones.

Los cantos también guiaron a la Virgen de vuelta a la parroquia, alcanzando en el Árbol Gordo el clímax de la procesión, en cuyo punto, como es costumbre, se pidió por las autoridades y cofrades, entre otros, y es que precisamente el equipo de Gobierno al completo asistió a la liturgia y la procesión. Cargando nuevamente a la Virgen, los cofrades se dirigieron a la parroquia, esta vez por la calle Santa Clara, completando así un recorrido circular.

Para finalizar, los participantes depositaron a la Virgen cuidadosamente frente a la puerta del templo, en un improvisado altar en forma de bancos. El párroco agradeció a la Cofradía del Silencio su implicación y arrojo, y los fieles hicieron sus ofrendas a la Virgen, recibiendo además una estampa de la patrona.

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