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Los canadienses Daniel Behar y su esposa Sarah en su visita a la ciudad. Su familia vivió durante siglos en Turquía antes de establecerse en Israel. TEL
Los viajeros internacionales que regresan por sus raíces a esta localidad salmantina

Los viajeros internacionales que regresan por sus raíces a esta localidad salmantina

El Museo Judío de la ciudad textil se ha convertido en el foco de atracción de judíos de todo el mundo, en especial de los apellidados Behar o Bejarano

TEL

Béjar

Lunes, 22 de mayo 2023, 20:05

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«Decenas de miles de personas en el mundo se apellidan Béjar, Behar, Bejarano, Becerano o cualquiera de las distintas derivaciones del nombre, modificado con el paso del tiempo y su uso en lugares con distintos alfabetos y sistemas fonéticos», explica el Museo Judío David Melul de Béjar. Y es que muchas de esas personas son judíos o descendientes de judíos sefarditas que abandonaron España, conservaron el nombre de su lugar de origen y, en muchos casos, «la lengua, las costumbres y el cariño por una vida añorada que les hizo preservar y transmitir ese legado inmaterial durante los siguientes cinco siglos».

Así, a lo largo de estos 500 largos años, notables judíos han llevado el nombre de la ciudad textil salmantina por todo el mundo a través de sus apellidos. Es el caso de Haim Bejarano (1846-1931) rabino, profesor e intelectual sefardí nacido en Bulgaria, que fue director de la Escuela Sefardí de Bucarest, y posteriormente gran rabino de toda Turquía. Más contemporáneos son el cantante canadiense Dan Bejar (1972), que ha formado parte de varias bandas de pop rock; el atleta francés nacido en Marruecos Abdellah Béhar (1963), olímpico en Atlanta y Sydney; el periodista norteamericano Richard Behar, autor de una biografía sobre Robert Madoff; Howard Behar, fundador de Starbucks; o Ruth Behar, antropóloga cubana especializada en la cultura sefardí y amiga del Museo de Béjar, donde ha acudido en diversas ocasiones.

Entre estas personas ilustres se encuentra también Maxim Behar, empresario búlgaro del sector del marketing y la comunicación, nacido en 1955 y amigo también del museo bejarano. De hecho, su presencia este mes de mayo en la ciudad ha coincidido casi en el tiempo con la de otros Behar procedentes de otros lugares de mundo. Y es que nunca han cesado las visitas de estas familias al único museo judío de Castilla y León, que abrió sus puertas en la ciudad en el año 2004. Por tanto, la ciudad de Béjar y su museo se han convertido en excusa perfecta para los descencientes de esas familias judías sefardíes que, a lo largo de siglos en muchos casos, nunca olvidaron sus orígenes y, desde luego, es un atractivo turístico de primer orden.

Según confirma Carmen Rubio, responsable del Museo, el empresario búlgaro Maxim Behar visitó la ciudad a primeros de mes. Ya lo había hecho tiempo atrás en busca de sus raíces y repite ahora para reencontrarse con los orígenes de su apellido. Mantiene un vínculo sentimental con Béjar que quiere prolongar con proyectos de futuro, tal y como él mismo recoge en sus redes sociales, donde afirma con orgullo: «De vuelta a la raíz, Béjar, de donde mis antepasados vinieron a Bulgaria hace 531 años».

También han llegado estos días Daniel Behar y su esposa Sarah Rachel. Proceden de la ciudad canadiense de Toronto, pero sus orígenes se encuentran en Europa ya que, como confirman desde el Museo Judío, «la familia de Daniel vivió durante siglos en la actual Turquía, antes de establecerse en Israel. Contactaron con el Museo hace unas semanas, y viajaron a conocernos. Sarah nos contó que se emocionaron al atravesar las calles señaladas con el símbolo de la Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad en Béjar. Y también visitaron las localidades de Candelario y Segovia. Cientos de personas apellidadas Béjar viajan cada año hasta aquí para conocer sus raíces. Todos son bienvenidos».

Son dos ejemplos, pero no los únicos de muchas personas apellidadas así. También llegan numerosos viajes organizados desde el propio Israel con judíos que no tienen por qué tener orígenes sefardíes pero que recorren también el mundo para conocer el legado hebreo.

Béjar acogió en 2004 un encuentro de todas esas personas apellidadas Behar. Lo mismo es tiempo de ir preparando otro.

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