Velocidad, destreza y nobleza de los astados en la cuna de la charrería

Sobriedad, empaque y nobleza. Esas cualidades definieron a los novillos de la ganadería de Herederos de Francisco Galache Cobaleda que salieron este miércoles a las calles de Villavieja de Yeltes en la primera cita con los eventos taurinos dentro del programa festivo en honor a la patrona, la Virgen de los Caballeros.

El miércoles aunó las dos características que definen las fiestas de este municipio. Por un lado la tradición, con la solemne misa presidida por la imagen de la virgen, tras su traslado hasta la iglesia del pasado lunes, y en que tuvo lugar el cambio de varas de los mayordomos salientes, os hermanos Juan María y Antonio Estévez García, y los entrantes, los también hermanos Javier y Eva María García Galache, en un acto emotivo y que contó con la presencia de la Corporación Municipal, encabezada por la alcaldesa Adoración Ginés.

La otra parte que define a estos festejos arrancó sobre las 13:00 horas, con el encierro tradicional en un recorrido que atraviesa el casco urbano y desemboca en la Plaza Mayor, reconvertida estos días en coso taurino. El sonido de las campanas iba advirtiendo de la cercanía de la mañana que apareció compacta en la calle Caballeros, aunque uno de los novillos, de tonos colorados, se alejó hacia una de las agujas pero rápidamente volvió a insertarse en el grupo, que estuvo comandado por los bueyes. Los mozos pudieron correr delante del grupo, pero no hubo ocasión de ponerse cerca de los bravos que viajaron hasta la plaza escoltados por los bueyes y culminaron la carrera en pocos minutos.

Sin embargo, los más valientes pudieron resarcirse con la capea urbana en la que tomaron parte otros dos novillos. La larga calle que pasa por delante del ayuntamiento y la iglesia se convirtió en la zona de «juegos» para aquellos que se atrevieron a realizar cortes y quiebros. Una de las imágenes del día fue ver al animal mirando al grupo que estaba apoyado en la balaustrada a la entrada del templo y que durante unos minutos hizo contener el aliento a los espectadores. Ya dentro de la plaza, no faltaron los capotazos y muletazos de los espontáneos, algunos de mucho nivel

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