Variedad y talleres en la XIII Feria Transfronteriza de Hinojosa de Duero

El calor no fue esta mañana oponente para una próspera feria en Hinojosa de Duero: la XIII Feria Agroalimentaria Transfronteriza, antiguamente conocida como El Feudal, desplegó 25 puestos de la provincia salmantina y de Portugal, en el espacio que habitualmente acoge la Feria del Queso. Artesanía, bisutería, textil, quesos, verduras ecológicas, productos de alimentación varios y otros artículos animaron a partir de las 11:00 horas a vecinos y visitantes.

Un jovencísimo tamborilero, Mateo Vicente, de tan solo nueve años, fue el encargado de dar por inaugurada la feria deleitando al público con tres canciones típicas, entre ellas el himno de Mieza, y recibió elogios y aplausos, que respondió tocando más tiempo durante el desarrollo de la feria, recorriendo junto a su familia los distintos expositores.

«Tan solo lleva un año tocando», explicó su padre, Jesús Vicente, quien aseguró que el pequeño, residente en Vitigudino aunque con raíces en Vilvestre, ha aprendido escuchando a su tío, y también a su padre cuando ensaya en casa. En cuanto a él, «practica muy poco pero tiene buen oído».

Al comienzo de la feria, en la zona destinada a talleres, y bajo una codiciada sombra, se desarrolló el taller de forja y pesaje de balanza romana, impartido por Manuel Jaén, el último romanero de España, y procedente de Santibáñez de Béjar. Durante su intervención, ilustró al público sobre la fabricación de estas básculas, así como sobre su uso, desgranando las piezas y la ciencia que encierran, y hasta obsequiándoles con el sonido del martillo forjando el metal.

También cosechó gran éxito el taller de creación de champú sólido que tuvo lugar más tarde, a cargo de una experta en el cosmética natural. El taller llamó la atención de un numeroso grupo de personas, que además de aprender a elaborar este producto libre de envases, pudo llevarse a casa su propia pastilla, con ingredientes como aceite de oliva y ortiga, «ideal para cuidar el cabello dañado por el cloro de la piscina», señaló la encargada de impartir el taller. Además de disfrutar de juegos acuáticos y una paellada para comer, todos los compradores de la feria obtuvieron una papeleta para participar en un sorteo.

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