«Me dejaron tirada en Salamanca»

Mari Carmen Iglesias, de San Miguel de Valero, es una de las vecinas afectadas por el mal funcionamiento del servicio de autobús hasta Salamanca. Cuenta su historia manifestando su malestar por la escasa empatía de la empresa con los usuarios que pagan su billete o que lo intentan. Según explica Mari Carmen: «Llamé para reservar y al principio ni lo cogían y después decían que no había billete. El autobús salía como a las cinco y yo me acerqué antes para comprobar por qué no había billete y veo que hay una furgoneta de siete plazas y, como llegó más gente, pusieron un taxi». Sigue con su explicación e indica que: «El taxi tenía plazas libres, pero no me quisieron admitir porque decían que no tenía billete cuando ellos no me lo habían querido vender antes y me dejaron allí tirada en Salamanca».

En la misma línea, Santiago Navarro, que tiene que viajar de forma periódica por cuestiones médicas, ha de pedir cita los lunes o viernes que es los días que puede viajar en autobús. El resto nada y, por eso, solicita «un servicio permanente como había antes». Él es otro de los usuarios que ha podido viajar a Salamanca pero al regresar, no ha encontrado hueco y ha tenido que recurrir a amistades o hacer uso de un taxi, que es también un servicio de transporte pero que le supone un mayor gasto. Además, pone el dedo en la llaga cuando explica que para reservar se les pide a los usuarios el número de tarjeta bancaria cuando en todos los sitios se tiende a evitar esta situación por los riesgos de fraudes, cuestiones relacionadas con la protección de datos y similares que hay.

Nuria Navarro viaja también en autobús a Salamanca desde San Miguel de Valero y señala que: «Mucha gente lo ha dejado de utilizar por todo este rollo». Además, añade, se debería contar con un servicio los domingos por la tarde para que los estudiantes del pueblo puedan regresar a Salamanca y no obligar a sus padres a desplazarse para llevarlos,. Y es que, en este caso, Manuel Oliva, el alcalde, recuerda que San Miguel de Valero es un pueblo de apicultores trashumantes que trabajan por tierras de Extremadura, Andalucía o Portugal y se han dado casos de padres que han hecho 600 u 800 kilómetros para ir a buscar a sus hijos a Salamanca para que puedan estar el fin de semana en su casa.

«Es indignante que todo el mundo pueda viajar gratis de Salamanca a Madrid y a nosotros nos traten de esta manera. Por qué me tengo que ir de mi pueblo o mi casa porque no pueda viajar. Dicen que miran por el medio rural pero esta situación frena el crecimiento de los pueblos», señala Manuel Oliva, que no descarta buscar otras opciones, como presentar denuncias, si no se soluciona: «Nosotros, como Ayuntamiento de San Miguel de Valero, con el escrito del Defensor del Pueblo, si esto no se arregla, estamos dispuestos a poner denuncias de forma individual o de forma conjunta».