La UME se forma en Candelario para la lucha contra los incendios forestales

La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha elegido la localidad de Candelario y su entorno natural para realizar una serie de prácticas dentro de la formación que realiza para la lucha contra los incendios forestales. Un centenar de efectivos participan en prácticas y pruebas dentro del programa anual de formación en la fase de preparación para la campaña de incendios forestales de cara a la llegada del verano. El objetivo es que los participantes estén preparados para eventuales incendios que se puedan producir en el cuadrante noroeste ya que se pertenecen al quinto batallón con sede en León, que cubre Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia.

El motivo de elegir Candelario es que se trata de una zona en la que ya se han producido incendios forestales como el sucedido en el año 2022 y las prácticas pueden servir para practicar ante un eventual fuego en zona arbolada y con vegetación y conocer, también, la zona de acción, los accesos y los puntos sensibles.

Dentro de las distintas prácticas realizadas, una de ellas ha tenido lugar en el merendero del paraje de la Cruz del Herrerito. Allí, una veintena de efectivos han procedido a la defensa de un punto sensible como es la casa merendero allí existente. Con autobombas y otros medios de defensa con agua, han cubierto la supuesta zona afectada con espumógeno para reducir la intensidad de las llamas. En este sentido, el teniente Paredes ha detallado que la práctica realizada en el merendero de la Cruz del Herrerito simulaba la llegada de un incendio forestal hasta una vivienda y, para protegerla, fueron colocados unos dispositivos denominados sideinfos, cañones de aspersión, que se utilizaron bajar la intensidad de la llama y, delante de ellos, se aplicó espuma para proteger la casa con especial incidencia en la cubierta y, también, garantizar el suministro de agua para las autobombas utilizadas en ese supuesto incendio que seguía avanzando por el terreno forestal. Todo ello ha sido realizado teniendo en cuenta los factores que aumentan la virulencia del fuego destacan el viento, la pendiente y los paveseos o combustibles (por ejemplo: piñas en pinares) que son focos secundarios que pueden avivar las llamas, entre otros.

Es una más de las prácticas realizadas en distintos puntos del entorno de Candelario con los mismos objetivos: garantizar la seguridad de la población y reducir el impacto de incendios gracias a una rápida actuación. En total, el batallón ha desplegado en Candelario un centenar de efectivos junto con 35 unidades de intervención propias de la UME y, también, apoyos de ambulancia para soporte sanitario, policía militar y medios de comunicaciones para garantizar la cobertura de servicios telemáticos. «Se trata de unas prácticas de formación sobre el terreno porque cuanto más preparado tengamos el proceso y más automatizados los protocolos, cuando se de el caso real será más efectivo y seguro», ha afirmado el capitán jefe de la Compañía de Intervención en Emergencias 51, Daniel Salsón Cabezas.

Se alojan en el pabellón municipal de Candelario gracias a las facilidades del Ayuntamiento para hacer que la UME pueda realizar sus pruebas y prácticas con total comodidad. De hecho, el teniente de alcalde, Miguel Rodero, ha destacado la importancia de la presencia de la UME por la repercusión económica que tiene en estos días en el municipio ya que, aunque son autosuficientes en cuestiones de preparación de comidas, consumen productos locales. Además, también ha enfatizado la promoción que esas prácticas realizarán de Candelario y su entorno y, también, la oportunidad que supone para la localidad tener preparación y disponibilidad logística ante una eventual catástrofe. «Estamos muy satisfechos con la visita de la UME, a que estén realizando prácticas y maniobras por ser una cuestión operativa para beneficio de todos los ciudadanos; por cuestión técnica porque, ojalá no suceda nunca, si sucede es un paso por delante que las fuerzas que lleguen a auxiliarnos conozcan el terreno; por una cuestión turística porque son cien personas que están conociendo nuestro pueblo y pueden volver con sus familiares y, finalmente, por una cuestión económica ya que, es difícil, pero hay un impacto económico positivo porque están comprando en la zona», ha asegurado Miguel Rodero.

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