Último encierro en El Maíllo

El ambiente festivo se mantiene elevado en el municipio serrano de El Maíllo, que esta mañana celebró con entusiasmo el último de los encierros durante el penúltimo día de festejos en honor a la patrona: la Virgen del Rosario. Sombreros y sombrillas fueron los perfectos aliados para una calurosa jornada más propia de agosto que del mes de octubre.

Los vecinos e hijos del pueblo, ataviados en su mayoría con el pañuelo de las fiestas, buscaron refugio en las zonas de sombra y ocuparon el escenario instalado en la plaza de toros, peñas, remolques y balcones para disfrutar del encierro de los dos novillos de la ganadería Hermanos García Jiménez, que por la tarde tenían cita con una novillada sin picar con el novillero de la Escuela de Tauromaquia Salvador Herrero y su cuadrilla.

Pasadas las 12:30 horas el primer novillo, de color negro, hacía su aparición en el trazado urbano con vigor, obligando a correr a decenas de jóvenes. Después de dar un par de vueltas por la plaza para mostrar su poderío al público, el astado entró en el toril con la ayuda de los capotes y el personal encargado del encierro, un momento que todos los corredores del encierro desean ver con detalle, saltando a la zona de toriles.

El segundo novillo, colorado, llegó poco después provocando la misma estampida en todas direcciones en el espacio diáfano de la plaza de toros instalada para los festejos, tras recorrer la angosta calle que lleva a la misma. El resto de la mañana los habitantes de El Maíllo saborearon una nueva capea de vaquillas.

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