Tradición y riesgo en la última cita de los ‘Espantos’ en Ledesma

Con el olor a tierra mojada por la tormenta que se ha desatado al filo de la una del mediodía, los ledesminos han cerrado este lunes su último día festivo con motivo de las fiestas del Corpus con la segunda cita de los tradicionales ‘Espantos’. El sol de la mañana prometía una jornada tranquila, pero el cielo ha decidido poner su propia nota ‘dramática’ a un festejo que, pese a todo, ha dejado un excelente sabor de boca entre los asistentes.

En este sentido, la expectación era palpable desde las nueve de la mañana en las inmediaciones de la plaza de toros con la vaca de la resaca, para dar paso después a los ‘Espantos’. Ya, pasadas las once de la mañana, los primeros toros, procedentes de la ganadería local Ignacio López Chaves, han irrumpido en el exterior de la plaza de toros para dirigirse al prao de la villa en grupo compacto y veloz con los cabestros, marcando el arranque de los seis espantos que se han desarrollado a lo largo de la mañana.

La jornada, aunque menos concurrida por coincidir con un día laborable en otras localidades, ha reunido a aficionados de la comarca y otras provincias, sobre todo de Zamora, tanto para disfrutar de público como para lucirse con cortes y quiebros.

Los animales de López Chaves no lo han puesto fácil: su empuje, nobleza y capacidad para rebañar defensas ha obligado a muchos mozos a medir cada paso. Varios de los astados se han quedado emplazados cerca de las talanqueras, donde los recortadores más valientes han buscado su oportunidad.

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