«Tocar en Salmoral es una tradición ya, como el concierto de Año Nuevo en Viena»
El intérprete de música celta más reconocido de España volvió a ofrecer dos conciertos seguidos en la iglesia de Salmoral
La iglesia de Salmoral ha vuelto a acoger dos conciertos del mejor gaitero del mundo, Carlos Núñez Muñoz.
¿Qué le ocupa estos días?
—Estamos en plena gira de verano, con macroconciertos y conciertos en lugares mágicos que hacemos en sitios escogidos, con historia, con todo un contenido cultural alrededor. Son el fruto de una fórmula que iniciamos hace ocho años después de una gira por América, tocando en California. Estábamos en unas bodegas. En aquel momento pensamos que era una idea preciosa y muy exportable. En España es una maravilla porque tenemos lugares preciosos con historia, únicos. Cada uno de esos conciertos es diferente porque vamos cambiando el repertorio y nos adaptamos a esos lugares como si fueran un instrumento.
Son muchos años ya en Salmoral.
—Más de cinco. Surgió porque David Sánchez García, un fan nuestro, me escribió y me dijo que era de Salmoral, y le dije que me sonaba una canción de dulzainas: la Entradilla al Cristo de Salmoral. Es una de las canciones más bonitas que existe para dulzainas, la tocaban Los Talaos. Le pregunté si no tenían algún lugar mágico y me dijo si. «Esa canción hace referencia a una imágen que está en la iglesia». Propuse hacer un concierto allí y fue tal éxito que además es que no hacemos un concierto, hacemos dos en la iglesia de Salmoral. Es tan alucinante que se llena todos los años. Es un encuentro con toda la familia de Salamanca, viene gente de Madrid, incluso quienes van a pasar sus vacaciones desde otros lugares. Para nosotros es ya como el concierto de Año Nuevo de Viena, una tradición establecida.
¿Qué le sugiere la Entradilla al Cristo de Salmoral?
—Es una gran suerte el poder contar excepcionalmente con los dulzaineros de Macotera, que fueron los que me enseñaron esa canción. Los dulzaineros de Macotera participan en el concierto. Cada año hacen una entrada diferente y siempre tocamos la famosa canción al final. Víctor Blázquez, el maestro de los dulzaineros de Macotera, como solista tiene un sonido muy peculiar, muy diferente, muy dulce.
¿Qué destacaría de este concierto?
—Hemos contado con la voz de María Sánchez, que es una violinista maravillosa procedente de Barcelona, tiene 24 años. Hemos explorado todo ese repertorio de canciones que hemos ido grabando a lo largo de los años, por ejemplo la música de la película Mar adentro que grabamos con Alejandro Almenábar.
¿Qué significa para usted poder tocar en Salmoral?
— Es uno de los momentos más bonitos del verano, porque es encontrarnos con nuestra familia de toda Salamanca donde sentimos la presencia de la Vía de la Plata, un corredor que conecta el Atlántico y el Mediterráneo, ya lo utilizaban los pastores desde el Neolítico y después siguió siendo una vía de comunicación natural. Hay cantidad de músicas que como las aves migratorias van de Norte A Sur de Sur a Norte. Hemos tocado 'The silver way', una canción creada para los Ferrys británicos que es un homenaje a las músicas de la vía de la plata.
¿Qué le ha aportado conectar con las dulzainas de esta tierra?
—Una maravilla porque tengo dos amores, la gaita y las flautas. La flauta es un amor más platónico y la gaita es más carnal, más sexual, y con esos dos colores hago la música. y la dulzaina es como una hermana de la gaita, también tiene más de mil años.