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Alba de Tormes
Lunes, 19 de mayo 2025, 09:33
Nació el 19 de octubre del 2005 en plenas celebraciones festivas en honor a Santa Teresa. Con 19 años, Virginia González es una de las integrantes más jóvenes del equipo de voluntarios, coordinado por el Carmelo, que durante estos días de veneración pública hacen que todo funcione a la perfección, tanto en el interior como en el exterior de la Basílica de la Anunciación de las Madres Carmelitas de Alba de Tormes, ayudados por miembros de Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil.
¿Cómo decide participar en el grupo de voluntarios?
Soy albense de nacimiento y devota de Santa Teresa desde la cuna, es curioso que incluso nací en plenas fiestas en honor a la patrona de la villa ducal. Toda mi familia forma parte de la Hermandad de Santa Teresa de Alba de Tormes. Por ello, no dudé en participar en el grupo de voluntarios una vez que nos trasladaron la propuesta desde la Orden del Carmelo porque necesitaban personas que pudieran permanecer durante tiempos prolongados para organizar la llegada de los peregrinos.
¿Cuántas personas sois en el equipo y qué funciones realizan?
El grupo está formado por 55 personas de Alba de Tormes, Salamanca y Ávila. Cada persona tiene diferentes roles pero algunas de las funciones que nos encargamos son controlar el orden de entrada y salida en la Basílica de la Anunciación para evitar aglomeraciones, atender las peticiones de los visitantes para resolver sus dudas, indicar las normas para evitar altercados o vigilar el uso del teléfono móvil para evitar la realización de selfies y vídeos con el fin de facilitar el momento de oración, entre otras muchas.
¿Cómo organizan el tiempo y las tareas?
La organización está estructurada mediante unos cuadrantes que están compuestos por las horas y los lugares en los que debe estar cada voluntario durante los 15 días. El objetivo de todos es que queremos que todo salga bien para que el Padre Miguel Ángel, Jorge, Bea y Mari Carmen, entre otros, estén contentos con todo el trabajo que conlleva este gran acontecimiento histórico.
¿Qué es lo que más preguntan los peregrinos?
Sobre todo, cuestiones relacionadas con las reliquias porque algunos de ellos no identifican que son el corazón y el brazo. Por otro lado, algo que les llama mucho la atención y se quedan sorprendidos es la diferencia de tamaño que hay entre el pie izquierdo y el resto del cuerpo; debido a que les parece desproporcionado con respecto a la altura que tenía.
¿Cómo fue la primera reacción al ver el cuerpo de Santa Teresa?
Me impresionó, no me esperaba que después de tanto tiempo pudiera conservarse tan bien.
¿Puede compartir alguna anécdota de estos primeros ocho días?
Con las prisas, el jueves al ir a parar la cola cuando iba a comenzar el rosario había dos hombres, uno con pelo blanco y corbata y otro con gafas, corbata y pelo castaño, a punto de entrar por la puerta pero dije que ya no podía pasar nadie más. Resulta que era el duque de Alba pero, en ese momento, no me di ni cuenta y al verlo en el altar sentado en una silla roja de terciopelo caí en que era él. Entonces, casi le prohíbo la entrada al duque de Alba.
¿Qué supone este gran acontecimiento?
Conectar con el cristianismo y mis raíces, ya que mis antepasados pudieron observar y vivir todo lo que estoy sintiendo en este momento. Es una ocasión única que hacía más de un siglo que no sucedía.
¿Imaginaba la trascendencia y repercusión del acontecimiento?
Sí, se están acercando personas de todos los rincones del mundo. Algo que me ha impresionado y creado curiosidad es la gran devoción hacia Santa Teresa demostrándolo con lágrimas y rezos infinitos.
¿Recomienda la experiencia del voluntariado?
Por supuesto, desde mi experiencia es una manera de estar más cerca del cuerpo de Santa Teresa.
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