La Semana Santa baña Ciudad Rodrigo de palmas y laurel

Adultos y jóvenes jalonaron a decenas de niños, haciendo formación en el centro y a la cabeza de la procesión, protagonistas de esta “Borriquilla”, en la que Jesús, a lomos de la misma y ornamentado con flores, desfiló por el Puente Mayor y La Colada al ritmo de los tambores, alentado también por las ramas de laurel que proliferaban entre el público.

A su llegada a la Plaza Mayor, como es costumbre, la procesión se detuvo ante los ojos de la multitud para escuchar las palabras de Manuel Peláez, capellán de la Cofradía de Jesús Nazareno, y la bendición del obispo, José Luis Retana, quienes, desde los balcones de la Casa Consistorial, podían divisar una concurrida plaza. También se procedió a la lectura de nobles deseos de varios pequeños cofrades a los que el obispo recibió.

A continuación el camino prosiguió por las calles San Juan, Colegios, Velayos, Sánchez-Arjona, Julián Sánchez El Charro, Cardenal Pacheco y, por último, la Catedral de Santa María, un trayecto en el que las sonrisas de la infancia, palma en mano, y cogidos de la mano de dos en dos, alegraron los corazones jubilosos de los fieles en una procesión caracterizada por los aires joviales, a los que acompañó una mañana soleada y hasta ligeramente calurosa, de tintes primaverales.

Hasta el obispo recibió, cortesía de una de las cofrades, su insondable palma. Los mirobrigenses no perdieron detalle grabando en todo momento con sus móviles, y uniéndose a la primera de las celebraciones de la Semana Santa.