El salmantino que arrasa en Física a nivel internacional

El joven mirobrigense Jaime Bajo Da Costa sigue cultivando su mente y sumando proezas intelectuales a su expediente. Mucho antes de comenzar a cursar el doble grado de Física y Matemáticas, en Bachillerato, Jaime deslumbraba al profesorado en la Olimpiada Nacional de Física y en las de Física y Química Nacionales, además de en la Olimpiada Iberoamericana.

Desde entonces, su pasión por las ciencias, y en especial por la termodinámica, su campo favorito, no ha hecho más que evolucionar. Su más reciente éxito ha sido en equipo, algo «mucho más gratificante y divertido que en los campeonatos en solitario», asegura el estudiante universitario. Su equipo ha pasado a la final internacional de Plancks, el concurso de Física más importante a nivel universitario, quedando los mejores clasificados entre los cinco equipos de España, y entre los 15 mejores a nivel mundial.

La final se ha celebrado por primera vez, precisamente, en España, en Barcelona. Sergio Martín, Guillermo Muñoz, Adrián Peña y Jaime Bajo, quienes conforman este victorioso equipo, se conocieron en la carrera, en la Universidad de Valladolid, y desde entonces son grandes amigos además de compañeros en este reto. «En la primera fase, local, cada país selecciona a los equipos que van a ir, y participaron 140 equipos, y de esos los cinco primeros pasan a la fase internacional».

Para el examen final el equipo se distribuyó los temas, y durante cuatro horas tuvieron que afrontar ocho problemas de Física: «Uno consistía en coger una cadena, subirla y calcular cómo se iba a ir moviendo, había problemas de agujeros negros, física cuántica…» Así, la prueba se resuelve en equipo, y es que, aunque cada uno tiene su «superpoder», todos salen al rescate cuando surgen dificultades. «Mi parte favorita es la de la termodinámica y mecánica principalmente».

El equipo ya había participado en otras ocasiones en la fase nacional, y Jaime Bajo había repetido con otros compañeros, hasta que una vez más el equipo se ha reunido de nuevo y por última vez, obteniendo un dulce sabor de boca como despedida de estos trepidantes retos intelectuales, y es que todos ellos comienzan ya una nueva etapa de su vida, la del máster y el mundo laboral. «Nos gustaría seguir, pero es para estudiantes universitarios; Adrián y Guillermo comienzan a trabajar ya, y Sergio y yo nos vamos a hacer el máster, pero probablemente en universidades distintas».

El premio, además de una inconmensurable satisfacción, ha sido el viaje a Barcelona de cinco días con todos los gastos cubiertos y en una muy grata compañía, además de un premio de 300 euros para el equipo, un pellizco que «hemos repartido y nos iremos algún día de cena para celebrarlo», afirma, y aclara: «una vez que pasen los exámenes». Este increíble resultado ha sido posible tomándose este reto «como un hobbie», admite Jaime Bajo, y «sin mucho tiempo para prepararlo».

Las felicitaciones de los familiares no han dejado de llover desde entonces, y cada vez que Jaime pasa por Ciudad Rodrigo, una visita obligatoria es al Fray Diego «para echar un parlado con los profes», que siguen de cerca sus logros con entusiasmo.

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