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Carlos Aldaba en La Fuente de San Esteban, su nuevo hogar. S. DORADO

«Allí salías y veías gente muerta...yo amo la vida»

Carlos Baldamus abandonó Argentina en 2005 y desde hace poco reside y trabaja de taxista en La Fuente de San Esteban

S. Dorado

La Fuente de San Esteban

Lunes, 7 de julio 2025, 06:45

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La ola de calor que azota a la provincia de Salamanca no es un suplicio para Carlos Baldamus, un hedonista y al mismo tiempo disciplinado trabajador, defensor de ese dicho cada vez más olvidado de que el trabajo dignifica. Una vez finalizada su jornada laboral como taxista, este argentino afincado en La Fuente de San Esteban se tiende a pleno sol en las piscinas municipales y sin protección solar.

Hoy mismo Carlos se muda de la habitación que tenía alquilada a un piso para él solo, con opción a compra; una opción que sopesa muy seriamente, porque afirma verse viviendo en esta apacible localidad. De transportista y camionero en Madrid, a taxista en este municipio salmantino, Carlos siempre ha trabajado con un volante en la mano. «Llegué a España en el 2005, con otros dos amigos de la infancia; uno se quedó y otro regresó». Tener doble nacionalidad le ha brindado siempre a Carlos la oportunidad de ir y volver a su antojo, y también de recorrer el territorio español más que muchos españoles de nacimiento.

«Ahora hace tres o cuatro años que no vuelvo, es la vez que más tiempo he pasado fuera», asegura, y advierte: «Aunque nunca he pensado mucho en el tiempo; trato de vivir más que de pensar en el paso del tiempo, me gusta la vida, amo la vida, la libertad», declama. La clave para una vida feliz sin frustraciones es sencilla: «Me pongo metas cortas; por ejemplo ahora mi meta de aquí a fin de año es ir a ver a mis nietas, ese es mi combustible».

A sus 50 años, asegura que apuesta por una ideología «egoísta»: ni más ni menos que vivir bien. Sin embargo, Carlos ama, además de la vida, el trabajo, al que se entrega desde su juventud, y es que ha tenido incontables oficios desde aquellos tiempos en los que jugaba al fútbol en Argentina, un cliché que se cumple, y es que es una de sus pasiones. Insiste en su filosofía de vida, esa de «si la vida te da limones, haz limonada», aunque él emplea una que le va al dedillo ahora mismo: «Si hay sol, me pongo al sol».

Su ciudad de origen , Córdoba, en Argentina, contrasta drásticamente con La Fuente de San Esteban, un lugar en el que se ve viviendo indefinidamente. «Buscaba tranquilidad». La afabilidad y la seguridad del pueblo salmantino nada tienen que ver con el barrio de la gran ciudad en la que se crió: «Salías y veías gente muerta, delincuencia...eso no era para mí». Carlos rememora con emoción un momento que nunca se borrará de su mente: «Cuando abrieron las puertas del aeropuerto de Barajas, vi los taxis...eso no se me olvidará; todo un mundo nuevo. Sentí que esta era mi casa». Ese mismo sentimiento tiene con La Fuente de San Esteban, una localidad que considera ya su hogar .

Cuatro hijos de mujeres distintas y dos nietas, su legado y motor de vida

En Argentina reside la familia de Carlos, compuesta por cuatro hijos, todos ellos de diferentes mujeres. «Mantengo una buena relación con sus madres, y siempre he intentado estar ahí;no soy el mejor padre del mundo, pero tampoco soy el peor». Sus hijos valoran todos sus esfuerzos: «Saben que siempre hice todo lo que pude; no les di una familia pero sí un padre y una madre». Además, sus hijos y sus dos nietas se relacionan entre ellas. «La de 4 años me abraza y me derrito».

LOS DETALLES

Lobo solitario, pero amistoso

Aunque Carlos Baldamus define su vida como «solitaria e independiente», reconoce ser especialmente sociable en su faceta viajera. La profesión de taxista le brinda la oportunidad de conocer a muchas personas y compartir con ellas anécdotas y su propia vida. «Siempre estoy predispuesto a trabajar, y disfruto mucho; soy muy extrovertido».

De la segunda ciudad más grande a un pueblo

Córdoba en Argentina viene a ser como un Barcelona, la segunda ciudad más poblada del país. «Venir aquí a La Fuente de San Esteban me ha dado mucha paz, he viajado mucho y pensé en un lugar en el que asentarme». Asegura que hay buena gente y se lleva bien con los habitantes del pueblo.

«Me rebelé contra el sistema de argentina»

El barrio pobre en el que se crió Carlos le impulsó a buscar otro estilo de vida, alejado de las penurias y la violencia. «Salí del sistema, me resistí a caer en la delincuencia«.

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