Rápida carrera con emoción en Aldeadávila

En poco más de diez minutos, los astados de la ganadería de Rollanejo se comieron el primero de los encierros de Aldeadávila de la Ribera dentro de los festejos en honor a San Bartolo. La matinal de este lunes tuvo un especial sabor taurino con varias citas para comenzar la jornada y también un protagonismo especial en el festejo de la tarde.

La vaquilla del aguardiente fue el anticipo de lo que estaba por venir. Numeroso público ya estuvo presente en esta madrugada actividad que posteriormente se trasladó al prado con el tradicional apartado de los novillos a los 8:00 horas. Una vez allí, no faltó el chocolate para todos los presentes con una animosa charanga que mantuvo muy caldeado el ambiente. Mientras eso ocurría en el prado, los vecinos de Aldeadávila fueron tomando posiciones en los diferentes puntos del recorrido para no perder detalle de la carrera.

E hicieron bien, porque si algo definió al encierro a caballo de este lunes fue la velocidad de los novillos que tomaban parte en esta cita. Tras el aviso de su salida hasta su llegada a la plaza, los animales necesitaron poco más de diez minutos, la mitad de lo habitual. El motivo principal fueron un par de novillos que desde los primeros metros tomaron la cabecera de la manada y pusieron un altísimo ritmo. Los mozos pudieron disfrutar de unos momentos de carrera muy bellos, no exentos de cierto peligro, ya que, a pesar de la velocidad, los novillos amagaron en un par de ocasiones con cambiar su trayectoria. Tras el encierro, una nueva vaquillas puso el final a la primera carrera de las serie.

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