El pueblo salmantino que busca volver a tener un bar

De hecho, como cuenta José María estas Navidades están teniendo un punto de tristeza en Parada de Rubiales por no tener ese espacio para socializar que tanto ansía. «Es triste porque no ves a nadie por las calles del pueblo, ni tampoco hemos podido tomarnos una cerveza con los amigos para celebrar la Nochebuena... está siendo una Navidad dura en ese sentido», como reconoce.

Por este motivo, desde el equipo de gobierno de Parada van a estudiar en detalle las bases de la nueva línea de ayudas de la Diputación, que también el regidor califica de «regalo de Navidad», especialmente en el caso de los pueblos más pequeños y con menos recursos. «Tengo claro que me voy a volcar todo lo que pueda en abrir el bar de mi pueblo, incluso ya tengo a una persona interesada en poder gestionarlo», reconoce con satisfacción.

Y es que la prueba irrefutable de que Parada es un pueblo de bar la tuvieron el pasado verano cuando, ante la falta de un lugar de encuentro, el Ayuntamiento instaló una caseta de feria como medida provisional para dar servicio a los vecinos. «Fue como pasar de la noche al día por la alegría que había en las calles. Se notaba que la gente estaba contenta», recuerda el regidor que hasta tuvo que reconvertirse en camarero durante diez días. «Los chicos que llevaban la caseta tenían el compromiso de ir a las fiestas de Carbajosa y para evitar tener que cerrarla durante esos días me tocó ponerme a trabajar en ella aprovechando mis vacaciones».

«Para nosotros volver a tener bar siempre ha sido una prioridad y por eso creo que con buena voluntad lo vamos a conseguir», insiste.

Entre las ideas que tiene el equipo de gobierno de Parada de Rubiales está la de reconvertir las viejas escuelas en un centro social para los vecinos. «Daremos todas las vueltas que hagan falta para conseguirlo», afirma su alcalde.