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Muñoz
Domingo, 22 de diciembre 2024, 15:29
El 21 de diciembre de 1978 era el último día antes de las esperadas vacaciones de Navidad. El autobús que realizaba la ruta escolar recogiendo a los escolares que acudían al centro educativo de La Fuente de San Esteban. La localidad de Muñoz era la última parada antes del destino final, y con los 6 niños que subieron ahí, más de noventa ocupaban el vehículo. Sin embargo, nunca llegarían al colegio. En el paso a nivel, un tren embistió al autobús y sesgo la vida de 29 personas, 26 de ellas menores.
Uno de aquellos pasajero era Manuel Andrés García, que en el momento de la tragedia tenía 11 años y salió milagrosamente ileso. Por ello, fue el elegido para depositar el ramo de flores en el monumento en recuerdo de las víctimas del peor accidente de tren que ha vivido la provincia de Salamanca, y que cada 21 de diciembre, se repite en Muñoz para no olvidar nunca a aquellas generación de niños y niñas que se perdió trágicamente.
Recuerdos del superviviente
«A mí me tocaba de pie en la parte de atrás porque era de los últimos en subir, coloqué los libros y de repente vi el verdor de la maquina saltar los cristales, una luz y estrellas que venían muy rápido hacia mi cabeza y pensé que a ver si se abría el techo y podía salir por ahí y así fue», relataba a LA GACETA este superviviente del accidente en 2018, con motivo del 40 aniversario de la tragedia. Manuel salvó la vida porque salió despedido como consecuencia del impacto y recuerda que lo primero que hizo fue buscar a su hermana que también consiguió sobrevivir, sin embargo, fue testigo de la pérdida de uno de sus amigos.
«Unos niños de La Sagrada le dijeron que se sentase a su lado, en un asiento que quedaba vacío justo en el medio por donde el autobús recibió el impacto del tren» recordaba Manuel, «a otro de los niños del pueblo lo vi después desnudo y chorreando sangre y pensé que estaba muerto». Una escena estremecedora que los vecinos nunca olvidarán, un día que marcó para siempre a esta comarca del campo charro y que sigue estremeciendo, 46 años después, a los vecinos de esos municipios.
El accidente
Eran poco más de las 9 de la mañana cuando el autobús cruzaba el paso a nivel de Muñoz, que no contaba con barreras ni semáforo debido a la baja densidad de tráfico que tenía, según la legislación de 1978. Cuando se encontraba justo encima de las vías, fue embestido por la locomotora, que partió en dos el vehículo, del cual solo quedaron reconocibles la parte trasera del mismo, que quedó junto al paso a nivel; la delantera, que fue arrastrada por la locomotora hasta quedar detenida a unos ochenta metros del punto del choque.
Los propios niños trataron de alertar al conducto. «Que no lo libras» o «el tren, el tren», fueron algunas de las advertencias que gritaron los menores que veían aproximarse la locomotora. De los 97 pasajeros del autobús, 95 eran menores con edades entre los 6 y 14 años, y de ellos 24 fallecieron. En total, el número de víctimas se elevó a 32, incluyendo a un hombre de 57 años que había subido en La Sagrada para ir a buscar su coche a un taller. El Gobierno cerró el paso tras la tragedia y construyó un paso elevado.
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