El poblado salmantino en venta enclavado en Las Arribes, rebajado

De costar casi cinco millones (4.800.000 euros) en 2022, cuando se publicó la oferta a través de un portal inmobiliario, a los 3,5 millones de euros actuales. La población de Aldeauero del Salto de Saucelle acaba de anunciar una rebaja de 1.300.000 euros de su precio original, una cantidad sustanciosa que podría disparar el interés entre los inversores y empresarios de los cuales ya captó su atención en su momento este poblado con gran potencial y en un entorno idílico.

Esta propiedad privada familiar recibió una oferta de compra antes de la pandemia por una cantidad de entre siete y nueve millones de euros, que finalmente no se llegó a ejecutar. A partir de ese momento, se publicó por casi cinco millones.

El terreno consta de 32 viviendas listas para su ocupación, además de un complejo hotelero que dispone de 21 habitaciones. Se trata de un complejo turístico rural de 8.346 metros cuadrados construidos en 18 hectáreas de terreno, situado en el impresionante Parque Natural Las Arribes del Duero; un hotel de cuatro estrellas con 10 habitaciones dobles.

Además, el poblado, un resort completo, lo conforma una hospedería tres estrellas con 21 habitaciones dobles, 32 cabañas de una, dos y tres habitaciones, piscina, restaurante, amueblado y equipado con cocina y cámaras refrigeradas. También dispone de pista de tenis e iglesia, por lo que podría acoger ceremonias de boda y otros eventos religiosos.

Por otro lado, las instalaciones están dotadas de una sala de reuniones y una sala de eventos, así como de una sala de formación. Por ahora esta oportunidad no ha logrado convencer del todo a los inversores, por lo que ahora, dos años más tarde, esta prometedora aunque recóndita villa arribeña, sigue buscando dueño, esta vez exhibiendo precios más atractivos.

La historia: de hogar para los empleados de la presa a negocio turístico

El poblado del Salto de Saucelle, denominado Aldeaduero, fue originalmente propiedad de Iberdrola, que lo levantó con el fin de albergar a los trabajadores durante la construcción de la Presa de Saucelle. La localidad llegó a contar con servicios tales como un cuartel de la Guardia Civil, pero a medida que la colosal obra iba llegando a su fin, los habitantes se fueron disipando hasta que la población quedó totalmente deshabitada en 2017.

Un grupo inversor lo adquirió por entonces con fines turísticos, una oferta de negocio familiar cuyo testigo no han tomado las nuevas generaciones. Su proximidad a Portugal y el aprovechamiento de las infraestructuras ya existentes son el principal reclamo para los inversores extranjeros, que tienen sin embargo diferentes visiones de negocio.

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