La Octava cierra una nueva edición del Corpus Christi en Béjar

La misa y la procesión de la Octava del Corpus Christi en Béjar cerraron ayer más de una semana de actos religiosos y culturales gracias a la implicación de la Real Abadía del Santísimo Sacramento y el Ayuntamiento de Béjar.

Ayudados por la Cofradía de la Santa Vera Cruz, la Hermandad de Jesús Nazareno y la Seráfica Hermandad junto con las distintas asociaciones de fieles, la ciudad ha lucido su mejor imagen y vivió ayer el final de la festividad del Corpus con la tradicional rendición de las banderas y estandartes.

La tarde festiva comenzó con la tradicional salida del párroco de las iglesias de El Salvador y Santa María, Félix Pérez, en busca de las autoridades que aguardaban en el Ayuntamiento para, después, acceder todos juntos al templo ubicado en la Plaza Mayor, donde se celebró la misa. Se incorporaron en la comitiva el alcalde, Luis Francisco Martín, junto con los concejales de Festejos y Deportes, Javier Hernández y Rubén Martín. Después, se incorporó la diputada y alcaldesa de Sorihuela, Nieves García, la concejala de Cultura, Purificación Pozo, y las ediles socialistas, Rosa Torres y Rosa Sánchez. También acudió el abad, Ignacio Rodríguez - Arias acompañado por Charo Olleros y Gonzalo Rodríguez - Arias y el cura diocesano Alfredo Fernández.

Fuera, en la calle, el público aguardaba el inicio de la procesión en una tarde especialmente calurosa, aunque menos quizás de lo esperado por la tormenta que había caído con anterioridad.

Poco antes de las ocho de la tarde, daba inicio la procesión de la Octava del Corpus con todas las banderas y estandartes de la Cofradía, las hermandades y las asociaciones de fieles bejaranas participantes y, también, de los municipios de Nava de Béjar con el estandarte de su patrón, Santo Domingo de Guzmán, Candelario, Sanchotello, Sorihuela, varios monaguillos de Valverde de Valdelacasa y Navalmoral de Béjar como pueblo anfitrión. Esto es así porque la venerable Aurora Calvo, en pleno proceso de beatificación, tenía a su cargo el cuidado del altar de la iglesia de ese municipio. Por ello, se utilizó en la procesión ayer la custodia de la iglesia de Navalmoral.

Los fieles salieron poco a poco del templo en espera de la aparición del Santísimo Sacramento, que lo hizo bajo palio. Después, toda la comitiva inició el recorrido hasta la iglesia de Santa María parando en los tres altares ubicados en el recorrido para la bendición con el Santísimo Sacramento. Poco a poco, los presentes se acercaron hasta la iglesia madre de la ciudad para acceder a su interior y ubicarse en el altar mayor. Llegaba así el momento más importante de la celebración con la rendición de las banderas ante el Santísimo Sacramento en un gesto de devoción y respeto que ponía fin a la cita religiosa.

En el exterior, no faltó el habitual reparto de dulces entre los asistentes para despedir las celebraciones del Corpus en una nueva edición marcada por la alta participación de los fieles.

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