El obispo emérito Reig Pla: «No era mi intención ofender»

Monseñor Juan Antonio Reig Pla, se ha pronunciado acerca de la homilía que ofreció el pasado día 11 en la Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes, señalando que «si alguna persona se ha sentido ofendida por las palabras de esta homilía, no ha respondido a su intención, ni al contenido de la misma». La homilía resultó polémica e incluso ha sido objeto de denuncia pública por parte de la asociación Asprodes Plena inclusión Castilla y León, ya que durante su intervención Reig Pla afirmó que «también para los niños que nacen con discapacidad física o intelectual o psíquica; esto ya es herencia del pecado y del desorden de la naturaleza», una declaración que consideran «profundamente ofensiva, estigmatizante y completamente alejada del modelo de sociedad inclusiva» que defienden.

Por otra parte, Reig llamó por teléfono a la gerente de la organización Plena inclusión Castilla y León para explicarle sus palabras, «quedando la gerente agradecida por su llamada y explicación», según señala el comunicado del obispo emérito de Alcalá de Henares.

En su comunicado desde Alcalá de Henares, el obispo emérito Reig señala que expresó en dicha homilía, «el amor de Dios por todos, y de modo especial por las personas que sufren por alguna discapacidad«. Monseñor Reig invita a escuchar la homilía y cita algunos textos del Magisterio de la Iglesia Católica sobre la materia, que «serán clarificadores para todas las personas de buena voluntad», indica el comunicado.

Catecismo de la Iglesia Católica:

Número 418: «Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana quedó debilitada en sus fuerzas, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al dominio de la muerte[…]»

Número 2448: «Bajo sus múltiples formas —indigencia material, opresión injusta, enfermedades físicas o psíquicas y, por último, la muerte—, la miseria humana es el signo manifiesto de la debilidad congénita en que se encuentra el hombre tras el primer pecado de Adán […]»

Número 1264: «No obstante, en el bautizado permanecen ciertas consecuencias temporales del pecado, como los sufrimientos, la enfermedad, la muerte […]»

Monseñor Reig asegura sus «oraciones por todos, y también por quienes tienen por enemigo al depósito de la fe, contenido en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura», concluye en sus manifestaciones.

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