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Los problemas en el agua de consumo municipal crecen en la provincia. Por primera vez Cantaracillo se suma a los pueblos que tienen que alertar a sus vecinos de la imposibilidad de beber agua del grifo. La localidad ha detectado esta semana la presencia de arsénico y nitrato. En concreto, el nivel de arsénico es de 12, tan solo 2 décimas por encima del permitido, que es 10 microgramos por litro. El nivel de nitratos es de 65 microgramos por litro, cuando el máximo permitido es de 50.
El Ayuntamiento de Cantaracillo está llevando a cabo el cambio de resinas del filtro de arsénico. Mientras los niveles vuelven a la normalidad reparten entre los vecinos una garrafa de cinco litros de agua por hogar a diario, de 9:30 a 11 horas en el Ayuntamiento. Asimismo, tienen un depósito de 2.000 litros de agua suministrada por la Unidad del Ciclo del Agua.
Cordovilla es otra de las localidades salmantinas que se suman a los municipios que tienen que emitir un bando para dar a conocer que no se puede beber el agua del circuito municipal. En su caso, publicaron este edicto el 8 de noviembre. En los análisis realizados se detectó presencia elevada de metolacloro, con 0,04 microgramos, siendo 0,03 el máximo permitido.
A escasos kilómetros de Cordovilla, Moríñigo también se estrenó en esta problemática. Su alcaldesa Teresa Hernández piensa que ha sido «a raíz de llover tanto». En su caso se ha detectado 85 microgramos de nitrato y 0,08 de metolacloro. La regidora dice que en breve acudirá a una reunión sobre el posible trasvase mancomunado a varias localidades.
Villoruela, tras más de un año con el aviso de que su agua no es potable, ahora también ha detectado 0,04 microgramos del insecticida imidacloprid.
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