El negocio más sacrificado del pueblo dice adiós tras toda una vida: «No he podido ni tener vacaciones»
Se jubila después de 43 años como panadero en Sorihuela. Le encanta su oficio pero, afirma, le ha supuesto un gran sacrificio personal y familiar. Cierra sin haber podido traspasar el negocio.
TEL
Sorihuela
Sábado, 11 de octubre 2025, 06:45
Santiago García Mateos es un profesional muy conocido en la comarca de Béjar gracias a su trabajo como panadero en Sorihuela. Después de 43 años, dejará de hacer pan este lunes por jubilación. Junto a él ha trabajado su mujer, Mercedes Martín, que se ocupaba de repartir el pan en pueblos y negocios de la zona.
«No estoy llevando bien la jubilación porque me da pena dejar sin servicio a mis clientes ya que no he encontrado quien siga con el negocio», explica para añadir que «lo hemos intentado de todas las maneras, pero no ha habido forma porque el obrador no está preparado y requiere una inversión grande».
Recuerda que comenzó a elaborar pan con 24 años y aprendió de su padre, Ventura García, que se quedó en Sorihuela mientras que sus tres hermanos se trasladaron a Béjar para trabajar allí y terminarían fundando la panificadora Panbesa. Estuvo trabajando con su padre diez años y, después, se puso al frente de un negocio que fue creciendo en producción y personal hasta convertirse en un referente.
Inició el reparto en pueblos como Nava de Béjar y Fuentes de Béjar para crecer gracias al supermercado Díaz en Béjar. La calidad de sus productos hizo que abriera otra tienda en la calle Ramiro Arroyo y el negocio creció y creció hasta alcanzar una amplia cartera de más de 40 clientes entre restaurantes, bares, tiendas y municipios como Béjar, Candelario, Nava de Béjar, Fresnedoso, La Cabeza, Valdesangil y Navacarros, entre otros. Una operación le obligó el año pasado a ir dejando, poco a poco, los pueblos en una tarea de la que se ocupaba su mujer, Mercedes Martín. Se casaron en 1982 y se unió al trabajo de la panadería con el reparto.
«Hay mucha diferencia entre el pan que hacía con mi padre y el de ahora. Empezamos a hacer las barras a mano y luego salió la formadora de barras. También ha cambiado mucho la materia prima, que ha ido a peor», explica.
Si echa la vista atrás, afirma que el oficio de panadero supone un gran esfuerzo. «No he ido de vacaciones. Me acuesto a las cuatro de la tarde y me levanto a las doce para trabajar por la noche y hasta la hora de comer», explica. «He aguantado este trabajo porque me gusta el oficio» afirma como parte positiva de su actividad laboral. Con respecto a lo negativo, valora que lo peor son los horarios. «No he podido tener vacaciones ni vida familiar y en verano es peor porque es cuando más trabajo tenemos», recuerda.
A partir de ahora, tendrá todas las horas del día libres para recuperar el tiempo perdido con su familia y para poder hacer todo lo que no ha podido en estas cuatro décadas. Eso sí, se despide dando las gracias a todos sus clientes por esos años de confianza en sus productos.
EL DETALLE
UNA FUERTE INVERSIÓN PARA RENOVAR LOS HORNOS DEL OBRADOR
El obrador de la panadería de Santiago García y Mercedes Martín precisa una fuerte inversión ya que los hornos cuentan con años de trabajo incansable y necesitan una modernización. Cuenta, además, con tres obreros que tendrían que ser contratados por el nuevo empresario que quisiera asumir ese negocio. Si nada cambia, será este lunes cuando cierre sus puertas después de varias décadas de actividad diaria para servir una de las mejores gamas de productos de la comarca de Béjar.
LA REACCIÓN
Nieves García, alcaldesa de Sorihuela y diputada
«Es una pena que Sorihuela y la comarca de Béjar pierdan un negocio, pero estoy feliz porque quiero que descansen»
La alcaldesa de Sorihuela y diputada provincial, Nieves García, lamenta también que se cierre un negocio tan importante en su localidad. «Tenemos mucha relación con Santiago y Mercedes. Somos muy amigos» afirma para añadir que «es una pena que Sorihuela y la comarca de Béjar pierdan un negocio». Sin embargo, en base a esa amistad que les une, reconoce que el cierre es positivo. «Estoy feliz porque quiero que descansen», asegura. «Hemos visto pasar a muchas personas para comprar el pan en Sorihuela» detalla Nieves García, pero lamenta que no haya gente que quiera seguir con el negocio. «La Diputación y Adriss han intentado que tenga relevo, pero no ha sido posible porque no hay gente que pueda asumir ese trabajo», concluye.