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Salamanca
Sábado, 11 de enero 2025, 06:40
Han pasado más de 730 días de la gran riada que puso en jaque a vecinos de cerca de una veintena de localidades de la provincia cuando vieron como el agua inundó algunas de sus casas, tierras o negocios y obligó a cortar carreteras, por el desbordamiento de las vías o puentes. Miranda de Azán, Aldeatejada, Aldehuela de la Bóveda, Matilla de los Caños, Sieteiglesias de Tormes, Las Torres, Mozárbez o Morille fueron algunos de esos municipios que más problemas registraron.
A pesar del tiempo ya transcurrido, consistorios como el de Miranda de Azán continúan demandando más actuaciones de prevención por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para evitar estas situaciones de peligro, que previsiblemente irán creciendo en el tiempo con los efectos del cambio climático. «Si estamos catalogados como zona inundable, cuando pedimos autorización para realizar una obra de refuerzo o limpieza se nos debería dar prioridad», exige el regidor de Miranda, José Luis Sánchez.
«La CHD ha tardado más de un año en contestar a las peticiones que hicimos para solventar los daños que nos causó la riada y, encima, se nos han desestimado», indica. Entre las justificaciones del organismo, recalca que admiten que «hay algunas zonas que sería conveniente realizar un mantenimiento y una limpieza, pero se ejecutará cuando los medios humanos y materiales lo permitan».
En este contexto, para evitar lo sucedido hace dos años, el Consistorio realizará un informe con el fin de calcular cuánto cauce recogen los arroyos del municipio y «ver qué medidas sostenibles se pueden ejecutar para intentar que los daños no sean tan desastrosos», matiza Sánchez. Para ello, demanda a la CHD «mejoras en el entramado burocrático y que actualice sus servicios», además de, pedir que evite «la excusa de la falta de recursos y tengan en cuenta las solicitudes de los pueblos más pequeños».
Otro de los casos más llamativo fue el de Aldeatejada, donde la fuerza del agua del arroyo del Zurguén inundó los 400 metros cuadrados de la ebanistería de los hermanos Miguel Ángel y Gene Santiago y arrancó parte de la estructura del puente de La Carrera. Además de, dañar una placa de pavimento de la calzada y las baldosas del acerado. «Durante este tiempo, se ha solicitado a la CHD la limpieza de diferentes tramos del cauce, que ya se han ejecutado tras recibir contestación y la correspondiente autorización, para facilitar el curso del caudal», señala el regidor, Enrique García.
A pesar de las actuaciones realizadas, ejecutadas con fondos propios o ayuda de La Salina, Enrique García solicita a la CHD que «flexibilice las autorizaciones para que se puedan limpiar más a fondo los cauces, porque se ponen muchas trabas». Asimismo, denuncia que: «Aunque desde el Ayuntamiento limpiemos la zona urbana, si la CHD no obliga a los propietarios a limpiar por arriba y por abajo del río, nuestro trabajo no sirve de nada».
Rotura de defensas en tierras de Sieteiglesias de Tormes
El malestar entre los agricultores de Santa Teresa continúa desde que vieron como parte de sus terrenos, situados entre el Tormes y uno de sus brazos donde desemboca el río Alhándiga, quedaron totalmente inundados al desbordarse el caudal del río y llenos de piedras al romperse parte de las defensas existentes. Sobre esta cuestión, uno de los agricultores afectados, Jesús Vicente, apunta que «con las defensas rotas, las inundaciones serán cada vez mayores y, por ello, desde la CHD nos tienen que proporcionar una solución para poder mantener nuestras tierras».
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